El Ejecutivo llega a esta instancia con un margen ajustado: le quedan apenas tres días hábiles para sancionar la ley, luego de haber gobernado durante dos años con presupuestos prorrogados, una situación inédita en la historia democrática argentina.
Según estimaciones parlamentarias, La Libertad Avanza tendría los votos necesarios para aprobar el proyecto en general, con el respaldo del PRO, la UCR, bloques provinciales y algunos senadores peronistas. Sin embargo, el escenario se tensionó por un artículo que prevé recortes en educación y ciencia, lo que encendió alarmas incluso entre aliados del oficialismo.
El artículo cuestionado elimina el piso mínimo de inversión educativa del 6% del PBI, reduce el financiamiento científico y suprime fondos destinados a escuelas técnicas. Esto generó rechazo en sectores de la UCR y del bloque Convicción Federal, que evalúan votar en contra o introducir modificaciones. Si eso ocurre, el proyecto debería volver a Diputados, algo complejo por los tiempos legislativos.
El Presupuesto contempla un crecimiento económico del 5%, un superávit del 1,5% y una inflación anual proyectada del 10,4%. También prevé un dólar oficial de $1.423 a fines de 2026 y un esquema de bandas cambiarias. En materia social, mantiene congelado el bono para jubilados, reduce partidas para discapacidad y refuerza la AUH con una suba real del 6,4%.
En paralelo, el Senado también debatirá la ley de “Inocencia Fiscal”, que eleva los montos mínimos para investigar evasión tributaria y flexibiliza el uso de fondos no declarados, una iniciativa clave para el plan económico del Gobierno.
Con el reloj en contra y tensiones internas en aumento, el oficialismo enfrenta horas decisivas para aprobar una ley clave que condicionará el rumbo económico del próximo año.