Khaleb Manzur es un nombre clave en el Powerchair Football argentino. Nació el 1º de agosto de 2002 en Comodoro Rivadavia, y su carácter fuerte y su confianza lo han llevado a destacarse en el deporte adaptado. Actualmente, se encuentra en plena preparación para el Mundial de Clubes en París, donde representará a Tigres de Pacheco, el único equipo argentino en la competencia. El club es bicampeón argentino y de la Copa Libertadores, donde Khaleb tuvo una actuación destacada en 2022, atajando tres penales en la final.
"Jugar un Mundial es una experiencia indescriptible. Todavía no encuentro las palabras exactas para explicar lo que significa representar al país", confiesa Khaleb en comunicación con El Patagónico. Ya disputó un campeonato del mundo en Australia, donde fue pieza clave en la histórica clasificación de la Selección Argentina a las semifinales. Fue el único jugador en disputar todos los minutos del torneo y tuvo que sobreponerse a un mal arranque para terminar consiguiendo una actuación histórica.
Su vínculo con el deporte comenzó en 2013, cuando tenía 10 años. A través de FAME (Familias AME Argentina), su familia conoció la existencia del Powerchair Football, disciplina que combina sillas motorizadas con fútbol y que le permitió encontrar su lugar dentro del deporte. "Al principio me costó aceptarlo, porque sentía que era una etiqueta más a mi discapacidad. Pero cuando me subí a la silla y jugué mi primer partido, todo cambió. Fue amor a primera vista", recuerda. Desde entonces, su carrera no ha parado de crecer. Comenzó en el equipo Gladiadores, siguió su carrera deportiva en Halcones del Bajo y luego pasó a Tigres de Pacheco, donde consolidó su juego y ganó múltiples títulos.
Manzur no solo se destaca dentro de la cancha, sino también fuera de ella. En el último Mundial, su campaña de contenido en redes sociales superó las 10 millones de visualizaciones en Instagram y TikTok, logrando visibilizar la disciplina y atraer patrocinadores. "Todo esto es a pulmón, es un deporte amateur en Argentina, y por eso buscamos apoyo de marcas que quieran apostar por este proyecto", explica. En sus redes comparte entrenamientos, estrategias y momentos clave de los torneos, logrando captar la atención del público y de empresas que han decidido apoyarlo en su camino.
Más allá de los logros personales y colectivos, Khaleb tiene una meta clara: allanar el camino para las futuras generaciones. "Nosotros tuvimos que luchar mucho para competir a nivel internacional, desde conseguir sillas hasta financiamiento para viajar. Mi sueño es que los más chicos tengan una vida deportiva más accesible y no pasen por las mismas dificultades", afirma. Sabe que las nuevas generaciones tendrán un panorama más favorable gracias a la visibilidad que está logrando el deporte.
Con la mirada puesta en París, Manzur y su equipo ya planifican una intensa pretemporada para llegar en óptimas condiciones. "Vamos con un club muy competitivo, donde somos tres miembros de la Selección Argentina y creemos que tenemos chances reales de ser el mejor equipo del mundo. Mientras la ilusión esté, hay que hacer todo lo posible para alcanzarlo", asegura con determinación.
El Powerchair Football ha transformado su vida y la de muchos otros deportistas adaptados. "Este deporte es mucho más que fútbol sobre ruedas. Nos permite tomar decisiones, competir, crecer como personas. Es una herramienta increíble de inclusión y superación", reflexiona Khaleb, quien además estudió periodismo deportivo y busca seguir promoviendo el deporte en todos los ámbitos posibles.
El Mundial de Clubes en París será otra oportunidad para demostrar su talento y su pasión por el Powerchair Football. Mientras tanto, sigue trabajando para cumplir su sueño y para que el camino sea más fácil para quienes vengan detrás. "El deporte te enseña cosas que ningún otro ámbito de la vida puede. Ojalá más personas se acerquen a conocerlo y a vivirlo", concluye.