La Biblioteca Municipal ya lleva el nombre "Olinda de Walsamakis"

Es un reconocimiento a la labor cultural, educativa y literaria de una de las grandes referentes de la cultura de la ciudad y la región.

El acto contó con la presencia de la secretaria de Cultura, Liliana Peralta; el concejal Ariel Montenegro; y la directora de la Biblioteca Municipal, Flavia Carrizo; además de familiares, amigos, colegas escritores y vecinos que se acercaron a rendir homenaje a Olinda.

Olinda Portaluppi de Walsamakis nació el 24 de diciembre de 1922 en Capital Federal y falleció el 21 de abril de 2001. De profesión docente, llegó a la Patagonia junto a su esposo César, empleado de Vialidad Nacional, radicándose primero en Las Heras (Santa Cruz), donde comenzó a trabajar en la Escuela Nacional Nº 3 y colaboró con el semanario La Página.

Más adelante, la familia se trasladó a Comodoro Rivadavia, donde Olinda desarrolló una destacada carrera en el sistema educativo. Fue docente en la Escuela Nacional Nº 142 (hoy Escuela Provincial Nº 133 “Antártida Argentina”), vicedirectora, y luego directora de la Escuela Provincial Nº 105 “Bandera Argentina”, retirándose como supervisora de escuelas.

Paralelamente, desplegó una intensa y fecunda actividad literaria, con una sensibilidad única para narrar su entorno. Escribió cuentos, poesías, relatos, obras de teatro y novelas, y participó en concursos, obteniendo reconocimientos como el Primer Premio en certámenes organizados por la revista Damas y Damitas, representando a Santa Cruz.

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En 1983, fue convocada por la Dirección General de Cultura para coordinar el Taller Literario Municipal, espacio que lideró durante 15 años, promoviendo la escritura y la lectura entre generaciones de comodorenses. En 1993, fundó y dirigió la revista Siluetas, de distribución gratuita, donde se publicaban textos de autores locales e ilustraciones de artistas visuales.

En el marco de este homenaje, la secretaria de Cultura, Liliana Peralta, comentó que “Olinda fue mi directora cuando yo recién comenzaba como docente y marcó profundamente mi camino. Era una persona recta, que demostraba el amor que sentía por los niños. Recordarla hoy es un honor y tener su nombre en esta biblioteca es un acto de justicia y gratitud.”

Además, agradeció a María Teresa Ditler, por impulsar la iniciativa, y a quienes la acompañaron en convertir la propuesta en realidad. “Este fue el espacio que transitó Olinda y queremos que lo sigan habitando los escritores, los lectores, y, por supuesto, la familia, como un lugar de amor, memoria y creación”, remarcó la funcionaria.

En nombre de la familia, su nuera, Diana Mercado, sostuvo que “no le alcanzó el tiempo para regalar todo lo que su increíble imaginación podía escribir. Para nosotros fue la abuela del amor, la que enseñó a mis hijos el amor por la lectura. Olinda fue Olinda con mayúsculas. Gracias de parte de toda su familia por esta oportunidad de que, al entrar a esta biblioteca, alguien se pregunte ‘¿quién fue Olinda Walsamakis?’”.

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