La Confederación Argentina de Básquet (CAB) y la Unión de Clubes Parroquiales (UCP) firmaron una alianza estratégica para fortalecer el Programa Nacional de Básquet Social, una iniciativa que busca convertir al deporte en una herramienta de transformación social y promoción de derechos en los barrios más vulnerables del país.
Juan Manuel Gauna, director de la Unión de Clubes Parroquiales, declaró: “La Unión de Clubes Parroquiales es la representación de la iglesia en los barrios populares, que incluye y acompaña a las comunidades a través del deporte y las culturas. Estamos muy contentos de contar con el apoyo de la CAB para desarrollar el básquet en todos los barrios populares de la Argentina. Nuestro objetivo es que el deporte llegue a las comunidades, desde los potreros hasta la alta competencia, y que sea un camino de transformación social.”
Desde la visión de Gauna, el básquet tiene la capacidad de abrir oportunidades, generar sentido de comunidad y reducir desigualdades en un país con enormes riquezas, pero también con fuertes disparidades sociales. En ese contexto, el programa pretende ampliar su alcance en todo el territorio nacional, promoviendo la participación gratuita de niños, niñas y adolescentes en barrios populares y garantizando espacios seguros de inclusión y cuidado.
Gauna también resaltó que, en 2025, la UCP tiene presencia en diversas regiones, como el Conurbano Bonaerense, Salta, Córdoba y Santa Fe, con actividades articuladas con la CAB y otras organizaciones, impactando directamente en miles de familias. El dirigente enfatizó que la alianza representa una apuesta a largo plazo: “El deporte es un instrumento de transformación social. Queremos que el básquet deje de ser un privilegio y pase a ser un derecho garantizado, un espacio de encuentro y cuidado que transforme realidades en todo el país.”
El trabajo conjunto busca fortalecer a los clubes parroquiales, que actualmente reúnen a más de 30 mil chicos y chicas, y promover la inclusión a través del deporte como un medio para fortalecer los lazos comunitarios, ofrecer alternativas sanas y fomentar una cultura de igualdad y oportunidades.
Gauna concluyó: “El básquet es más que un deporte; es un vehículo para construir una patria más justa e igualitaria, donde todos tengan la posibilidad de acceder a sus derechos y a un mejor futuro.”