Los pasajeros demandarán a la empresa Don Otto

Consideran que se trató de un caso de abandono de persona. Una señora padeció problemas de salud y fue auxiliada por un camionero. La empresa no brindó explicaciones a quienes pasaron la madrugada del martes a la intemperie en la ruta que une a Esquel con Trelew.

“Nos estamos organizando con todos los pasajeros. Tenemos un grupo de WhatsApp para demandar a la empresa porque lo que hicieron fue un abandono de persona. Nos dejaron a la intemperie y no nos dieron ningún tipo de explicación”. Omayra Rocha, una de las damnificadas, habló con El Patagónico mientras trataba de recuperarse de las consecuencias de haber estado más de 12 horas a la intemperie, en la meseta, después que un micro de la empresa Don Otto sufriera un desperfecto técnico a la altura de Tecka cuando se dirigía a Trelew desde Esquel.

“Somos entre 30 y 40 personas que vivimos esa situación horrible. Fue, realmente, un abandono de persona. Viajaban adultos mayores, bebés, y personas que iban a un turno médico. Todo quedó muy desprolijo”, cuestionó.

Según la vecina de Esquel, el micro salió de la localidad cordillera a las 22 del lunes con dirección a Trelew. Sin embargo, unos kilómetros después de Tecka se percibió que daba marcha atrás. Los pasajeros le restaron importancia, pero unos minutos después el colectivo se detuvo y comenzó la pesadilla.

“La primera intuición fue ‘paramos’ y después pensé que nos habíamos empantanado. Entonces se empezó a generar incertidumbre, hasta que bajamos y nos enteramos de que se había roto la bomba inyectora. El colectivo no se podía mover ni calefaccionar, por lo que el chofer nos dijo que iban a pedir ayuda”, destacó.

“El pedido de ayuda de los choferes fue mandar una nota en un papel con un buen hombre que pasó y se solidarizó con lo que estaba pasando. Los choferes le escribieron tres números para llamar a la empresa. A todo esto, ya estamos cerca de las 00.30 y hacía cada vez más frío”, cuestionó.

Dos horas después llegó la Policía, pero no brindaron soluciones. “Los choferes les pidieron que por favor avisaran a la empresa y la policía tomó los números, pero no volvieron a aparecer. Ni ellos, ni la empresa”, aseveró.

CASOS DRAMATICOS

Omayra manifestó que en el micro viajaban mujeres adultas que tenían que ir a un turno médico y que una de ellas comentó que tenía que ir a hacerse un trasplante médico. “Había un bebé que tenía un turno que si no llegaba para 13 (del martes) lo perdía y el turno se lo renovaban cada 8 meses porque se tenía que ir a operar”, describió.

“Estábamos dentro del colectivo, pero no tenía calefacción y estaba helado. No tenían mantas para darnos y sin ayuda en el medio de la meseta, a esa hora, con la helada que cayó, no viaja nadie lógicamente”, subrayó.

Cerca de las 6 pasó un colectivo que se dirigía desde Trelew hacia Esquel. Tampoco fue una solución. “Los choferes como que intentaron meter un poco de mano, pero no pudieron hacer mucho y se fueron. A todo esto, aparentemente, la empresa ya estaba avisada, pero no teníamos certeza de nada porque los choferes no tenían ningún tipo de protocolo de acción ante esta situación”, afirmó la mujer.

“Estaban totalmente incomunicados porque no había señal. Ni siquiera tenían radio para poder comunicarse”, agregó.

“Las horas pasaban y pasaban, pero nosotros sin ayuda. A eso de las 8.30 una señora se sintió muy mal. Dijo que tenía asma. No aguantó, hizo dedo y se fue hasta Tecka con un camión que pasaba”, aseguró.

La gente comenzó a cansarse de la situación y decidió copiar la acción de la primera señora. “Todos empezaron a hacer dedo. Cerca de las 9, la familia con el bebé hizo dedo y se fue porque no les quedaba otra. La señora del turno médico y gente que tenía que trabajar también se fueron a dedo. Esa fue la manera de la gente para resolver la horrible situación que estábamos pasando”, subrayó.

Otros decidieron esperar el próximo colectivo que tardó como 12 horas en llegar a socorrerlos. Omayra decidió regresar a Tecka (también a dedo) para comunicarse con sus familiares y regresar a Esquel. Junto con otros pasajeros decidieron ir a la oficina en la localidad cordillera, para reclamar. “Nos dijeron que lo único que podían hacer era dejarnos los pasajes abiertos como modo de reintegro y nada más. Ante toda la situación que vivimos durante todas esas horas no podían hacer nada”, criticó.

“Lo único que me ofreció fue un mail para mandar el reclamo. Pero si en una situación de emergencia la empresa no se entera de lo que está pasando, yo llegó a mandar un mail y me lo va a contestar Homero Simpson. No tengo ninguna certeza de que alguien me dé un tipo de respuesta”, repudió.

“Yo creo que esta situación demuestra cómo se manejan las empresas de transporte, dejando a los usuarios en una total vulnerabilidad donde demuestran que su servicio no funciona, no garantizan servicio. Por ejemplo, muchos de los que nos volvimos a dedo pagamos un pasaje que tiene un seguro para llegar a un destino. Esto fue un abandono real de persona”, cuestionó.

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