Se trata del caso del cura Nicolás Parma, que fue detenido el 6 de octubre tras varios meses de búsqueda en Tucumán, en el marco de una investigación por abusos sexuales cometidos contra varios menores de edad que estudiaban el noviciado en Puerto Santa Cruz, entre 2009 y 2012.
Este lunes, la jueza Noelia Ursino notificó a Parma de su procesamiento con prisión preventiva por los delitos de “abuso simple doblemente agravado en concurso real con abuso gravemente ultrajante doblemente agravado en concurso real con corrupción de menores agravada”.
Al cura se le imputaron tres hechos, los dos primeros con la modalidad de delito continuado.
Tras ser detenido, el sacerdote declaró durante 5 horas y negó haber cometido ataques sexuales contra los chicos de entre 13 y 18 años, a quienes la jueza ya había escuchado previamente desde julio de este año, que fue cuando el expediente llegó a sus manos.
Los abusos en la Iglesia Exaltación de la Santa Cruz se descubrieron en 2016 cuando Yair Gyurkovits, uno de los chicos que hizo ahí el postulado, fue a la Justicia luego de que la Iglesia no le diera respuesta a sus acusaciones.
Él tenía menos de 16 cuando fue víctima del cura Parma. Se había unido a la congregación en Salta, su provincia, y desde ahí lo mandaron hasta la localidad de Puerto Santa Cruz para que se convirtiera en sacerdote.
Durante su estadía denunció que hubo mucha violencia sexual, que incluyó a otros novicios, los cuales comenzaron a denunciar lo ocurrido tras el relato de Gyurkovits.
En 2012, cuando la mayoría de los jóvenes abandonaron la congregación, Parma fue enviado a la diócesis Vic, de España, llevándose una declaración de gratitud del Concejo Deliberante de Puerto Santa Cruz.
Semanas atrás, luego de que la detención del cura tomara estado público, el Comisariado Pontificio a cargo del Instituto Discípulos de Jesús de San Juan Bautista del que formaba parte Parma, emitió una declaración en donde aseguraron que fueron ellos quienes lo hicieron regresar de España a Tucumán.
El documento reconoce además la ante “los indicios de verosimilitud” de las denuncias de los chicos.
Desde la Comisaria de la localidad santacruceña además aseguraron que desde que está detenido, varias personas del pueblo solicitaron permiso para visitarlo. Se trata de un grupo de feligreses para quienes el cura es inocente.
Incluso, se organizaron para juntar dinero y contratar a Carlos Muriete, uno de los penalistas más reconocido de la provincia de Santa Cruz.
Según informó Tiempo Sur, hasta entonces, Parma contaba con el acompañamiento de la defensora oficial de Comandante Luis Piedra Buena, Flavia Castellini, luego de que la defensora de Puerto Santa Cruz declarase tener un vínculo de amistad con él.