A principios de este mes el rugbier comodorense Rodrigo Correa partió rumbo a Portugal, para su segunda temporada en el AEIS Agronomía de Lisboa, equipo de la División Honor, máxima divisional del rugby profesional de dicho país.
Durante su estadía en Comodoro Rivadavia, además de disfrutar de su familia, realizó su preparación física particular y también su recuperación física en el Departamento Metodológico de Comodoro Deportes, donde se reencontró con uno de sus primeros preparadores físicos en Club Portugués, Carlos Grünewald.
“Muy contento por la oportunidad, por haber seguido una carrera en lo que me gusta, por las cosas como se dieron y se van dando. Contento de pasar por el Departamento Metodológico, por todas las experiencias. Carlos Grünewald fue uno de mis primeros preparadores físicos en Portugués. Muy lindos recuerdos también desbloqueados, de hace mucho tiempo. La vida te pone en lugares con las personas correctas y se reviven lindos recuerdos que te llenan el corazón”, comentó Rodrigo Correa.
“En Rosario tuve una experiencia increíble, la primera lejos de casa, mucha distancia, un rugby diferente, una ciudad mucho más dinámica. Independientemente del rugby, la vida cotidiana te lleva a un ritmo más acelerado. A partir de adaptarme todo empezó a fluir mucho mejor. Estuve jugando tres años allí, hasta que salió la oportunidad de Portugal”, describió.
“En noviembre pasado me comentaron de la chance de jugar a un club profesional en Portugal, y agarré la oportunidad en primera instancia porque es vivir de lo que me gusta, algo que buscaba desde chico. No sé si era la manera, la forma, el lugar, pero todo se dio excelente para que sea así”, explicó Correa.
“Realmente me encantó conocer un país que no imaginé conocer, otro continente, y todo de la mano del deporte. Me encantó en lo deportivo y en lo personal. Otro idioma, adaptarte a todo, es una locura. No tomé dimensión en un principio, y ahora que estoy acá, recordando me doy cuenta de la situación. Me salió la oportunidad de volver en septiembre, me ofrecieron la renovación del contrato, así que tengo la temporada desde septiembre hasta julio del año que viene”, agregó el atleta comodorense.
“Encarando eso, preparándome psicológicamente para volver a pasar Navidad, año nuevo, fechas importantes lejos de casa, pero disfrutando al máximo ahora de mi familia, mi gente y mi club. Hay baterías que no se entrenan, que no te las recarga el gimnasio ni el rugby, que son las baterías emocionales, que te las da la familia. Realmente para mí es muy importante, la familia es la base de todo, es algo sumamente importante y me da pilas para todo lo que se viene”, expresó.
“En el Departamento Metodológico estoy haciendo recuperación en la cámara hiperbárica, que es excelente. Ya había tenido experiencia previa con eso, y cuando uno prueba algo bueno quiere repetirlo. Acá en Comodoro estuve dando una mano con las categorías que puedo, dando algunos tips a los chicos, en el Portu y donde sea. A mí me gusta el rugby y compartir lo que voy aprendiendo, tanto en selección Austral, Portugués o cualquiera que me pida un tip, estoy dispuesto a dárselo. Creo que el conocimiento no ocupa lugar, y que más gente conozca más cosas del rugby, el nivel va a subir y eso me encantaría”, cerró.
LOS PUMITAS Y EL SUEÑO ALBICELESTE
El exjugador de Deportivo Portugués tuvo una experiencia en Los Pumitas siendo un adolescente de 14 años, pero ya con muchas cosas en claro para su corta edad. “Los Pumitas fue una de las mejores experiencias de mi vida. Fue algo que trabajé durante mucho tiempo, pero sin ese objetivo final. Empecé a entrenar cada vez más. A los 14 estuve en un seleccionado, no quedé por la edad, y en vez de frustrarme me dio alimento para entrenar el doble. Entrené doble turno con 14 años, y el trabajo dio sus frutos”, contó Correa.
“Llegué a la primera convocatoria del seleccionado M16, del cual fui capitán. Tuve un buen desempeño gracias a todo el entrenamiento, y tuve la oportunidad que la gente de la UAR pueda conocerme y ver mi potencial. De un día para otro estaba en Hindú concentrando con chicos que hoy veo jugar en la tele. Circunstancias me alejaron un poco del radar de Los Pumas, esa fue una de las razones por las cuales me fui a Rosario. Estuve concentrando, tuve encuentros interacademia, jugué con el seleccionado de Rosario y demás. Todo eso hace que mi ilusión siga intacta”, añadió.
“Mi sueño es vestir la celeste y blanca, como cualquier jugador de rugby del país, y me voy a Europa pensando en continuar mi carrera deportiva, con vistas a mejorar en cuanto a club. Irme a jugar a Francia, o clubes importantes que me den una vidriera más grande para vestir la camiseta de Los Pumas una vez más”, sentenció.