Un sargento del Ejército fue imputado por amenazas a dos soldadas voluntarias

El sargento ayudante del Ejército Argentino, Pablo Franco, fue imputado por los delitos de amenazas coactivas agravadas. Hay dos mujeres que lo denunciaron asegurando que actuaba como un psicópata y que llegó a perseguirlas a sus lugares de traslados, donde continuaba amenazándolas por medio de manuscritos y mensajes con perfil falso en Facebook, exigiéndoles que renunciaran y abandonaran Sarmiento. La investigación fue formalizada ayer y el juez le otorgó seis meses de plazo a la Fiscalía.

El imputado es el sargento ayudante Pablo Franco, de 43 años y miembro activo de la Batería Comando y Servicio del Grupo de Artillería 9 en la Guarnición Militar de Sarmiento. A él lo investigará el funcionario de Fiscalía Julio Herrera durante seis meses por orden del juez penal, Daniel Pérez, quien formalizó la investigación y anotició al imputado sobre la calificación jurídica. Su defensa la ejercieron los abogados Edgardo Rubén Hughes y Caterina Quain.

Según describió el acusador al relatar los hechos, las denunciantes señalaron que todo comenzó el 21 de setiembre de 2017 a las 5 de la mañana, en el alojamiento femenino de la Guarnición Militar. En esa oportunidad, el sargento Franco amedrentó a una soldada voluntaria que cumplía funciones en la misma batería.

El objetivo del militar –superior jerárquico de la denunciante– era lograr que la mujer dejara su lugar de trabajo y abandonara la ciudad.

En otro orden, sostienen que para lograr su cometido Franco utilizó una carta manuscrita ocultando su identidad. En esa misiva el imputado amenazó a su subalterna. Algunas frases de la carta expresaban «vos no aprendes más, me vas a pagar el no haberte ido de Sarmiento. Cuidate bien de todo porque donde te encuentre y te descuides te hago desaparecer del mapa».

PIDIO LA BAJA

Este mensaje provocó mucho temor en la mujer, quien efectuó la denuncia correspondiente y puso en conocimiento a sus superiores.

En este marco, Herrera agregó que con su accionar el imputado no solo logró amedrentarla y causarle temor, sino que además la mujer solicitó el traslado de destino hasta que finalmente pidió la baja de la institución.

Tras el pedido de baja de la víctima que había sido amenazada el 21 de septiembre de 2017, tuvo un lugar un hecho de características similares pero esta vez fue en el Comando de la IX Brigada de Infantería de Comodoro Rivadavia. La víctima había sido trasladada a esa dependencia en forma temporal, a fin de proteger su integridad física, con motivo de las amenazas recibidas por parte del sargento Franco.

En esa ocasión, a las 17:30 en el estacionamiento de visitas ubicado en la calle Mitre, el imputado dejó un nuevo mensaje manuscrito. El método elegido fue enganchar un sobre en la compuerta trasera del vehículo de la denunciante.

En este escrito anónimo el psicópata expresó nuevas amenazas. Allí decía: «yo me voy a encargar de que te amargues ahí adentro y la pases muy mal en cualquier lado que te mande ese bigotudo que se cree general».

En otro tramo le decía a la víctima: «nadie te cree y nadie se va a preocupar por vos. No vales la pena y ojalá nunca te recibas y te cagues de hambre por covachera».

En esta línea de investigación, el funcionario de Fiscalía afirmó que la víctima tuvo conocimiento del lugar en el que se encontraba la carta debido a que su pareja recibió un mensaje de la red social Facebook, en el que una persona con el perfil social falso, bajo el nombre de «Mocha Pocha», le refirió dónde había dejado ubicado el sobre.

MAS DENUNCIAS

El 24 de septiembre Pablo Franco envió un mensaje amenazante a otra empleada del Ejército Argentino. Al igual que en el caso anterior, el denunciado es superior jerárquico de la víctima.

En esta oportunidad, Franco habría utilizado nuevamente el nombre de fantasía «La pocha mocha» y el servicio de Messenger para contactarse con la víctima.

En este contacto, entre varios insultos y amenazas le dijo: «cuidate bien vos y a tus pobres hijitos, ellos no tienen la culpa pero la madre sí. No voy a descansar, ya me saqué de encima a tu amiguita y con vos va a ser más fácil porque sé que queres más a tus hijos que a tu trabajo. Hacemela fácil y andate de una vez si no queres pasarla mal».

El cuarto hecho tuvo lugar el 29 de septiembre. En esa ocasión, Franco se acercó al domicilio de la víctima, ubicado en el barrio 100 Viviendas. En un papel le escribió: “no voy a dejar de joderlas hasta que se quiebren y se vayan de baja, como la otra. Yo les aviso cuando esto vaya a peores; no se quejen porque se lo buscaron; pobres los chiquitos que siempre pagan por sus padres», mientras que el 11 de octubre, el imputado profirió amenazas por Facebook.

Para la Fiscalía, amparándose en el anonimato y ocultando su identidad, el sargento escribió los mensajes con el fin de amedrentar a la denunciante y con el propósito de que dejara su lugar de trabajo. Por ello, se calificó legalmente como autor de amenazas coactivas agravadas, por ser anónima y por el propósito de obligar a una persona a dejar su lugar de trabajo (tres hechos) y por ser anónima.

También por el propósito de obligar a una persona a dejar su lugar de trabajo y su residencia habitual en dos hechos.

El juez formalizó la investigación con la calificación propuesta por la Fiscalía y otorgó el plazo legal de investigación.

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