Vocación al servicio de la salud de los animales

En el Día del Veterinario Argentino, te contamos desde cuándo y por qué se celebra esta fecha. Además, tips para reconocer a un animal afectado por Parvovirus.

Si bien el Día del Veterinario Argentino, desde 1983 se estableció por decreto esta fecha, es desde 100 años antes que se celebra en nuestro país.

Se debe a que un día como hoy, 6 de agosoto, pero de 1883, se inauguraron las clases del Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria en el predio de Santa Catalina en la localidad de Llavallol, provincia de Buenos Aires.

En ese entonces los inscriptos fueron apenas tres personas: Chevallier, Agote y Martínez. Claro, los veterinarios que existían en el territorio nacional, todos diplomados en el extranjero, no superaban los 30.

Hoy, son más de 15 mil los profesionales que ejercen en el país y cientos de jóvenes buscan ingresar a la carrera. Además, el rol del veterinario ya no es lo que era: de atender la salud de las mascotas en los hogares; pasó a ser una pieza clave en el desarrollo de las cadenas productivas.

¡El Patagónico saluda a todos los veterinarios en su día!

EL RIESGO DEL PARVOVIRUS EN CACHORROS

Los cachorros son más vulnerables que los perros adultos a ciertas enfermedades, ya que su sistema inmunológico aún no está formado. Entre las dolencias graves que pueden atacar a una cría de perro figura el parvo: un virus que ataca a algunas células clave del aparato digestivo y provoca diarrea, depresión y, si no se ataja, incluso puede causar el fallecimiento del cachorro.

El parvo es un virus maligno que ataca al aparato digestivo de los vulnerables cachorros de perro. La zona preferida de estos diminutos microorganismos es la mucosa que recubre las paredes del sistema digestivo: en ella, las células de la frágil cría se dividen a gran velocidad y el nocivo virus del parvo lo aprovecha para extenderse.

El virus del parvo ataca a las células mientras intentan crecer para acabar de formar los órganos necesarios para convertirse en un perro adulto.

Cuando esto ocurre, el aparato digestivo de la cría reacciona con virulencia frente a la agresión. Algunos avisos que pueden alertar de una infección por el virus del parvo en un cachorro son los vómitos y las diarreas. No es extraño que la cría experimente, a la vez, una pérdida de apetito. El hecho de que el cachorro coma menos de lo habitual o se muestre apático pueden ser señales de que el animal ha enfermado. Ante cualquier síntoma, se debe acudir cuanto antes al veterinario.

Debe tenerse en cuenta que el cachorro que padece parvo no podrá expresar qué le ocurre, qué le duele. Por eso, hay que prestarle atención y aprender a leer su comportamiento. Es entonces cuando más habrá que cuidar su alimentación: hay que reforzarla e introducir algunos cambios en su dieta para lograr una pronta recuperación. No es extraño que el activo virus del parvo no se conforme con atacar el aparato digestivo de la cría del perro.

Si logra multiplicarse sin demasiadas dificultades, el parvo puede incluso alcanzar otros órganos vitales y llegar al corazón.

En este caso, el riesgo para el pequeño es extremo y puede fallecer si no se actúa a tiempo.

La prevención es clave para evitar el parvo en el cachorro. El parvo es un virus y, como tal, es capaz de extenderse con gran facilidad. Esto explica que sea esencial la prevención y ciertos cuidados de higiene básicos, para evitar que el cachorro resulte atacado por el agresivo virus del parvo.

El contacto con las heces de un animal afectado por la enfermedad del parvo puede ser una fuente de riesgo para el cachorro. De ahí que sea importante evitar que la cría acceda a las deposiciones de animales que estén enfermos. Del mismo modo, las sobras de alimento contaminadas por el virus, olvidadas en un cuenco de comida, pueden constituir un peligro de infección del parvo para el cachorro. La fortaleza del virus del parvo y su capacidad para sobrevivir, incluso en las condiciones ambientales menos favorables, explican que sea un virus muy peligroso para los vulnerables cachorros de perro.

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