Al menos tres hombres irrumpieron ayer de madrugada en la casa de Teófilo Nazareno Morales, de 61 años, al que asesinaron de dos balazos. El incidente ocurrió antes de la 1:30 en su vivienda mientras la víctima dormía junto a su esposa. Sin decirle una sola palabra, los criminales le pegaron dos tiros y se marcharon sin llevarse nada.
Su esposa declaró ante los investigadores que al escuchar fuertes golpes en la puerta Morales salió a ver qué ocurría y al toparse con los hombres en el umbral les dijo: "¿Qué quieren muchachos?".
Seguidamente, los asesinos –o al menos uno de ellos- sin responderle una sola palabra le descerrajaron tres tiros. Uno de los disparos le impactó en la zona intercostal y el otro en la cadera. Morales intentó cubrirse, pero los disparos fueron a muy corta distancia. Mientras, su esposa alcanzó a esconderse detrás de un ropero.
Lo llamativo para la policía es que los asesinos actuaron "decididamente" y no se llevaron nada. Primero habrían intentado ingresar por la puerta de una ampliación de dos pisos que tiene la vivienda. Allí se encontró una pequeña muesca a la altura de la cerradura. Luego optaron por ingresar violentamente por la otra puerta de la casa, la que sí destrozaron.
Por el modo en que fue ejecutado, los investigadores se vuelcan por estas horas a indagar en una de las actividades que realizaría Morales: prestar dinero. Sin embargo, en medio del dolor, su esposa le comentó ayer a El Patagónico que esa no era su actividad principal y que solo les prestaba dinero a familiares o allegados que lo necesitaran. Sus hijos, en tanto, resaltaron que era un trabajador petrolero que se desempeñaba en Tuboscope –donde se hallaba de licencia médica- y que no tenía problemas con nadie.
HIPOTESIS
Las hipótesis que tiene la línea de investigación policial son varias. En busca de indicios sobre la presunta actividad de la víctima como prestamista, las fuentes de la investigación consultadas por este diario informaron que aparentemente Morales no había tenido problemas de ninguna índole con sus supuestos deudores hasta el momento.
Ayer los vecinos no dejaban de sorprenderse por lo que había ocurrido en un sector tranquilo de la zona norte, como lo es el barrio Azcuénaga. Algunos de ellos escucharon los tres disparos en medio de la madrugada. Otros recordaron que hace tres semanas se advirtió la presencia sospechosa de una camioneta que daba vueltas insistentemente por el lugar. Incluso recordaron algunos robos que sucedieron en la cuadra hace tres años.
En el homicidio tomaron intervención personal policial de la Seccional Mosconi, a cargo del comisario Miguel Bustamente y su segundo Walter Cornelio; la Brigada de Investigaciones con su jefe Juan Carrasco; el fiscal Héctor Iturrioz, y la Policía Científica al mando de Cristian Cayún.
Ayer se realizó una segunda inspección ocular en la vivienda con luz diurna en busca del proyectil que no impactó en el cuerpo de la víctima. Además se analizaban todos los llamados y mensajes de su teléfono celular, así como el movimiento de las cámaras de seguridad del sector.
Es el tercer homicidio ocurrido en Comodoro Rivadavia en los primeros 20 días de este año, después del de Nicolás Subiabre (23), ocurrido el viernes 13, y el de Rubén Mellado (31), muerto anteayer tras agonizar 15 días por las heridas que le provocaron con armas blancas y con el fuego que originaron en su casa quienes lo atacaron y permanecen impunes.
- 21 enero 2017