4 años sin ver a sus hijos: "¿Qué espera la jueza para darme una respuesta?"

Desde que hizo público su caso, por decisión de la jueza Guillermina Sosa a un padre le extendieron la medida cautelar para no ver a sus hijos. El hombre también cuestiona a la Defensoría General.

Después de contar su caso ante El Patagónico, un padre de familia fue advertido -como otros padres, madres y abuelos- de que era contraproducente hacer pública su demanda, más allá de que jamás se brindan nombres propios por las delicadas problemáticas que se tratan.

Desde 2018 un padre tramita dos causas en los juzgados de Familia de Comodoro. Semanas atrás decidió hacer público su caso. Como consecuencia de ello, días después su expareja lo volvió a denunciar por supuestas “amenazas”. El afirma que “fue cuatro días después de que hice la nota. Y me volvieron a mandar otra notificación ayer (por el jueves último). Esto te amarga la vida, te da bronca” expresó el hombre que este domingo no podrá festejar el día junto a sus hijos, tal como viene ocurriendo hace cuatro años, por decisión de la jueza de Familia, Guillermina Leontina Sosa.

“Mi ex me denunció dos veces. Yo laburando a las 7 de la mañana, salgo después de las 18 y la denuncia por amenazas fue a las 16”, detalló.

Lo llamativo, es que, a partir de esta última denuncia, desde la Justicia de Familia volvieron a dictarle una nueva medida cautelar por el plazo de 90 días (que ya venía cumpliendo), y otra por 30 días, pero sin permitirle a él en ningún momento ejercer su derecho a defensa.

“SE ME BURLAN EN LA CARA”

“Hace cuatro años vengo peleando para ver a mis hijos y no puede ser que esta jueza se te burle en la cara; a mí me están haciendo eso. Hace cuatro años se me viene cag…. de risa en la cara”, apuntó.

Vale recordar que recientemente una abuela murió sin poder reencontrarse con su nieto. En el último tiempo estaba realizando gestiones ante el mismo Juzgado de Familia Nº 2 para poder ver a su nieto. Nunca obtuvo respuestas. Sufrió una descompensación que derivó en su muerte.

“Ya está que sea público; que vean la semejante cag…de risa que se me pega esta jueza en la cara”, indicó el hombre al referirse a Sosa, sin temor a que haya una nueva intimación de la Justicia de Familia que no le da respuestas en los expedientes.

“Antes de que yo haga la nota me citaron para, supuestamente, una audiencia, pero hasta hoy no tengo ningún informe de qué pasó con eso. En el Juzgado no hay informe, no hay nada”, añadió.

“LA ABOGADA ME CONTESTA UN MAIL CADA TRES MESES”

La Defensoría General, de la calle Sarmiento al 400, es un organismo público creado para brindar asesoramiento a quienes por motivos económicos no pueden costear un abogado particular para este tipo de situaciones. Pero desde allí, poco y nada se hace, según los testimonios a los que accedió este medio en los últimos tiempos.

Además de sobrellevar la burocracia en los Juzgados de Familia donde solo hay una jueza titular y tres juzgados, se le suma la “inacción” del personal de la Defensoría.

“Tres años tiré guita en abogados; no me compraba ropa; a veces no comía para pagar abogados y en esos tres años la jueza nos negó todo; nunca nos dio una respuesta; nada”, cuestionó.

“Tiré la toalla y después me arrepentí porque dije ‘mis hijos no tienen la culpa; la voy a seguir peleando’. Pedí una abogada de Defensoría que cada tres meses me contesta un mail. Y le mando un mail por día”, sostuvo el padre. “Ayer le mandé un mail y ni siquiera lo abrió”, agregó.

“Cuando voy (a Defensoría) ellos me preguntan `¿y por qué te denuncian? ´. Pareciera que se burlan de uno. Anda y pregúntaselo a ella, sino yo no tengo explicaciones para darles el porqué. Sí tengo para justificar que en ningún momento hice nada”, aseveró.

Según su testimonio, fue denunciado por supuestas amenazas. “Van y dicen que se presentó ‘fulano de tal’, con un arma, y nunca piden testigos; no piden levantamiento de cámaras; nada. Casualidad es que siempre es en su casa y que está sola”.

Luego aportó otro dato: “¿Sabes que hicieron? Porque no me presenté a retirar la denuncia me mandaron a buscar con la Policía”.

Algo que comenzó a trascender desde los grupos de padres, tíos y abuelos que reclaman su derecho a ver a los niños es que después de dar a conocer los casos públicamente, desde el Juzgado de Familia no solo no les brindan respuestas, sino que se los intima para no hacer públicos sus casos. Y el drama de las familias se agudiza en días, meses y años por una justicia que no da respuestas.

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