"A mi hijo ya no lo tengo, pero sí mucha paciencia"

Tras conocerse la decisión del juez Odorisio de mantener en libertad al policía condenado por la muerte de Brian Gómez, la madre de la víctima manifestó su disconformidad, a pesar de que comprende los pasos de la Justicia.

Con el argumento de que el policía Angel Luis Hernández aún tiene como última instancia de apelación a la Corte Suprema de Justicia, el juez penal Jorge Odorisio dictaminó este miércoles que el condenado a 8 años puede seguir bajo prisión domiciliaria, aunque ahora con una tobillera. Es que desde el círculo de la víctima sostienen que no cumple con la medida restrictiva. El mismo estuvo presente en la audiencia.

“Ayer (por el martes) fui notificada por el Superior Tribunal de Justicia que ellos confirmaron la condena en 8 años y consideraron culpable a este señor. Lo que hicimos fue tratar de que aguarde lo que queda en prisión, pero nos quedará seguir esperando”, sostuvo Verónica Abraham, la madre del joven golpeado salvajemente en las afueras del Draw Pub en septiembre de 2018, falleciendo ocho días después, tras permanecer en terapia intensiva del Hospital Regional.

“En realidad la condena ya fue confirmada y obviamente no estoy conforme, pero se podía llegar a prever esta decisión del juez Odorisio. Conforme no estoy porque lucho para que haga justicia por la muerte de mi hijo, pero sé que los pasos son estos”, dijo la madre en declaraciones a Canal 9.

Allí sostuvo que Hernández “no está cumpliendo prisión domiciliaria. Es una persona que está condenada, pero en libertad. Se consideró que todavía no es el momento de que vaya a prisión, pero es algo que pasara próximamente. Espero que sea rápido para que de una vez por todas podamos tener un duelo y sin cargar con una lucha que se hace interminable. Técnicamente entiendo, pero como mamá es terrible. A mi hijo lo visito en un cementerio, al que apenas puedo entrar. Estoy en terapia hace tiempo”.

Verónica resaltó que “indigna y cuesta entender, pero paciencia tengo. Desde un primer momento dije ‘a mi hijo ya no lo tengo, pero paciencia tengo, y mucha’. Por el camino correcto las cosas llegan. Tengo que confiar en la justicia, no hay otra opción. Yo morí con mi hijo y volví a esta vida de lucha, de tener paciencia y no estoy sola. Atrás mío hay mucha gente: fiscales, abogados, amigos que nos ayudaron en marchas; que se tatuaron su nombre. Esa es mi vida ahora”.

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