Absuelven al suboficial imputado de amenazar a soldadas voluntarias

El juez Ariel Quiroga adoptó la decisión de aplicar el beneficio de la duda. De esa manera, resultó absuelto el sargento ayudante del Ejército Argentino llevado a juicio por amenazas contra dos exsoldadas. La fiscalía anticipó que presentará una impugnación

En la sala de audiencias de la oficina judicial de Sarmiento se desarrolló este viernes la audiencia de lectura del veredicto en el juicio por amenazadas denunciadas por dos ex soldadas voluntarias del Ejército Argentino.

Por beneficio de la duda, el juez Ariel Quiroga, dispuso dictar la absolución del sargento ayudante Pablo Ernesto Franco (46), imputado por la fiscalía como presunto autor del delito de amenazas coactivas agravadas.

El magistrado consideró que la fiscalía no logró acreditar, con la certeza necesaria la culpabilidad del acusado.

A la vez, el magistrado hizo lugar al pedido de nulidad absoluta efectuado por la Defensa Pública, respecto de una pericia caligráfica. En este sentido, observó que existieron serias deficiencias en este acto, debido a que no se notificó a los abogados defensores, sobre la realización de la diligencia.

En este marco, el magistrado, enunció los argumentos y fundamentos -de manera sintética- referidos a las bases de su decisión.

Sobre el análisis de la autoría de las amenazas, el juez refirió que está convencido de que quien las cometió es una persona con una enorme dosis de perversión, que se deleita con el sufrimiento ajeno y que se cree con derecho a dirigir la vida de los demás, a través de injurias y amenazas.

A ello, agregó, que la cuestión en este punto, es determinar si existen condiciones de afirmar quién fue el autor de esas amenazas.

Por otra parte, señaló que los principales testigos, aportaron información muy débil para centrar las sospechas contra el imputado.

Otra consideración del presidente del tribunal estuvo vinculada al móvil del delito. En este contexto, sostuvo que, durante el juicio, no se pudo conocer cuál habría sido el motivo que llevó al imputado, a reaccionar con tanta furia, contra esas dos mujeres.

Respecto a la pericia caligráfica realizada en el área de Criminalísticas de la fiscalía, sostuvo que no se pudo acreditar que el imputado haya recibido la información necesaria, que le permitiera decidir libremente, si sometía o no, al acto que finalmente culminó con su imputación.

En este orden, aseguró que tampoco se acreditó que la defensa pública, haya sido notificada de este acto. En consecuencia, hizo lugar al pedido de nulidad absoluta, solicitado por los asesores técnicos del acusado.

Así las cosas, el juez indicó que la fiscalía no ha podido acreditar con el nivel de certeza, la autoría responsable en el acusado. Por ende, sostuvo que no tuvo otra alternativa, que absolver al imputado, por aplicación del beneficio de la duda.

Por último, desde el Ministerio Público Fiscal, adelantaron que utilizarán el recurso de impugnación respecto de la decisión del magistrado.

En representación del Ministerio Público Fiscal, asistieron la procuradora de fiscalía Marisol Sandoval y el abogado Alexis Ubilla. El acusado, en tanto, recibió el asesoramiento de los abogados de la defensa pública, Marcelo Catalano y Gustavo Oyarzun.

EL CASO

La causa se tramitó en las oficinas del Ministerio Público Fiscal, a raíz de la situación ocurrida el 21 de septiembre de 2017, a las 5, en el alojamiento femenino ubicado en la Guarnición Militar de Sarmiento.

Según la imputación que había presentado la fiscalía, en esa oportunidad el sargento Franco amedrentó a una soldada voluntaria que cumplía funciones en la misma batería.

Para la fiscalía, el objetivo del sargento del Ejército Argentino era lograr que la mujer dejara su lugar de trabajo y abandonara la ciudad. Asimismo, indicaron que el sospechoso era superior jerárquico de la víctima.

En otro orden, la fiscalía sostuvo que, para lograr su cometido, Franco, utilizó una carta manuscrita, ocultando su identidad.

En esa misiva, según la acusación presentada por el Ministerio Público Fiscal y desestimada por el juez, el imputado amenazaba a su subalterna.

Algunas frases de la carta expresaban: “vos no aprendés más, me vas a pagar el no haberte ido de Sarmiento. Cuidate bien de todo porque donde te encuentro y te descuides, te hago desaparecer del mapa, ji, ji, ji".

Este mensaje provocó mucho temor en la víctima. Por ello, efectuó la denuncia correspondiente y puso en conocimiento de la situación a sus superiores. En este marco, , la mujer solicitó el traslado de destino, hasta que finalmente pidió la baja de la institución.

En tanto, el 23 de septiembre de 2017, un hecho de características similares, se registró en el Comando de la IX Brigada de Infantería, ubicado en la Avenida Rivadavia y calle Mitre de Comodoro Rivadavia.

La víctima había sido trasladada a esa dependencia-en forma temporal- a fin de proteger su integridad física, con motivo de las amenazas recibidas en Sarmiento.

Así, en la tarde del sábado 23 de septiembre de 2017, a las 17:30, en el estacionamiento de visitas ubicado en la calle Mitre, alguien dejó un nuevo mensaje manuscrito.

El método elegido fue enganchar un sobre en la compuerta trasera del vehículo de la denunciante.

Algunas de las amenazas más importantes de ese escrito anónimo, expresaban: ”yo me voy a encargar de que te amargues ahí adentro y la pases muy mal en cualquier lado que te mande ese bigotudo, que se cree general". Y agrega: "nadie te cree y nadie se va a preocupar por vos. No vales la pena y ojalá nunca te recibas y te cagues de hambre por covachera, ji, ji, ji."

En esta línea de investigación, los representantes del Ministerio Público Fiscal, afirman que la víctima tuvo conocimiento del lugar en el que se encontraba la carta, debido a que su pareja recibió un mensaje de la red social Facebook. A través del sistema Messenger, una persona con el perfil social falso bajo el nombre de "Mocha Pocha, le refirió dónde había dejado ubicado el sobre.

Mientras, el tercer incidente ocurrió el 29 de septiembre de 2017. Esta vez, la carta de amenazas, fue hallada en el garaje de la familia de la segunda víctima, que también se desempeñaba como soldada voluntaria en la Guarnición Militar de Sarmiento.

En esta misiva, entre varios insultos y amenazas, el escrito expresaba: "cuidate bien vos y a tus pobres hijitos. Ellos no tienen la culpa, pero la madre sí. No voy a descansar, ya me saqué de encima a tu amiguita, y con vos va a ser más fácil, porque sé que querés más a tus hijos que a tu trabajo. No me importa que tu papito sea principal. Hacemela fácil y ándate de una vez si no querés pasarla mal”. En esta carta, también estaba escrita la onomatopeya “ji,ji,ji”.

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