Acusar a los mapuches "es infundado, irresponsable y malicioso"

Para un experto de Greenpeace, “el incendio en el Parque Nahuel Huapi se va a parar por completo recién en abril”. Además, cuestionó la liviandad con la que algunos dirigentes políticos realizan imputaciones y alertó sobre eventuales catástrofes en la ciudad de Bariloche.

“El peligro de un incendio urbano en Bariloche es latente”, aseguró el coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace, Hernán Giardini, al referirse a los riesgos permanentes de fuego en la Patagonia.

En tal sentido, expuso que una situación de ese tipo, por ejemplo, podría iniciarse “en las laderas de los cerros con bosque nativo”.

“Habría que tener un protocolo de cómo actuar ante un escenario de ese tipo”, señaló el experto, que se desempeña en Greenpeace desde hace diecinueve años.

Giardini aclaró que, en un caso hipotético de ese tipo, existe en la localidad una gran cantidad de bomberos voluntarios para tratar de controlar las llamas. “Pero el peligro es si hay una situación de alto nivel de focos en un día de mucho calor y viento… Hace poco se prendió un domo en el cerro Otto. Si no lo apagaban rápido, y el fuego agarraba los cipreses y algunos pinos, por ahí hubiera terminado en el centro ‘comiéndose’ un montón de casas”, advirtió.

El representante de Greenpeace habló del tema en el marco de los incendios que azotan en este momento a la zona patagónica, tanto en el Parque Nacional Nahuel Huapi como en Epuyén.

EL CAMBIO CLIMATICO EXISTE

“Hay un contexto de crisis climática que, más allá de la posibilidad de tener tormentas eléctricas, que es un tema cada vez más recurrente, genera veranos calurosos”, explicó Giardini, para después sumar: “Cuando se da la combinación de vientos fuertes, temperaturas altas y humedad baja, cualquier foco se puede convertir en un incendio de magnitud si no se logra apagar a tiempo”.

El experto desarrolló: “Hay focos, los menos, que tienen que ver con temas naturales, pero el noventa y cinco por ciento de los casos se vincula a causas humanas. Puede ser por negligencia, que es mucha. Asados mal apagados, fogatas en sitios que no corresponden, colillas de cigarrillos, quema de residuos forestales… También existe un porcentaje de intencionalidad”.

Respecto a esa última opción, detalló: “Algunos casos tienen que ver con cuestiones psicológicas, por piromaníacos, que hay muchos más de los que imaginamos. Existen estudios acerca de una recurrencia, con gente que se dedica a prender fuego porque sí”.

“Otra intencionalidad puede tener que ver con buscar un cambio de uso de suelo. Básicamente, eliminar el bosque con algún motivo especulativo, porque no le están permitiendo desforestar”, añadió.

Asimismo, en lo que hace a ciertos casos, donde se suele apuntar a un origen vinculado a conflictos indígenas, Giardini opinó: “La acusación que algunos dirigentes políticos a veces hacen en relación a que los incendios los provocan los mapuches es infundada, irresponsable y maliciosa”.

Más allá de eso, remarcó: “Que los focos se conviertan en incendios de magnitudes importantes tiene que ver con que el sistema actual, tanto a niveles provinciales como nacional, en general, no está adaptado a la crisis climática que estamos sufriendo”.

“Deberíamos tener muchos más brigadistas e infraestructura para el ataque rápido a los focos”, apreció.

También apuntó a una cuestión relevante en esta región: “Un tema importante es el de las plantaciones de exóticas. En el caso de Epuyén, se vio con claridad cómo, por tener tanto pino en el ejido urbano, se pasó a un incendio de magnitud que en apenas doce horas se llevó más de dos mil hectáreas”.

“La temática, sobre todo en las ciudades patagónicas, merece un programa de reemplazo de los pinos, con el fin de volver a tener el bosque nativo que había”, indicó.

Fuente: El Cordillerano

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