Personas con muletas, en sillas de ruedas, con andadores o bien caminando apoyándose en acompañantes, llegaron hasta los centros de votación para cumplir con el acto cívico, incluso aquellas de avanzada edad que están exentas de esa obligación.
El Patagónico fue testigo de una de esas admirables situaciones en la Escuela Nº 14 de la ciudad del Gorosito, con la presencia de Celinda Brondo, de 84 años, quien fuera la primera concejal de la ciudad durante el primer periodo legislativo tras la recuperación de la democracia y fundadora de una escuela de música.
Celinda rechazó el gentil ofrecimiento de una fiscal general de acercarle el receptáculo de cartón (que reemplazó al cuarto oscuro) y la urna correspondiente a su mesa de votación.
Ella se desplazó lentamente por el gimnasio y pasillos de la escuela, apoyándose en su andador hasta el aula que le correspondía.
Cuando finalmente pudo ingresar su voto en la ranura de la urna Nº 153, en su rostro se dibujó una sonrisa que reflejaba la satisfacción del deber cumplido.
Luego de firmar la planilla y recibir el troquel en el que constaba la emisión de su voto, las autoridades de mesa le brindaron un fuerte aplauso.