No lo dudó un segundo. Juan Ortega detuvo el colectivo que manejaba y corrió a asistir a una mujer cuyo hijo había dejado de respirar. Lo tomó en sus brazos y corrió hasta un centro médico que había cerca.
Todo sucedió el lunes pasado cerca de las 17.30. Ortega conducía uno de los internos del Grupo 5 y cuando transitaba por la calle San Juan en la ciudad de Mendoza, una mujer que estaba sentada en el fondo del colectivo comenzó a gritar.
Según consignó Diario UNO la mujer, cuya identidad se desconoce, comenzó a gritar. Creía que su hijo de 7 años venía durmiendo pero cuando intentó despertarlo no reaccionó y notó que tampoco respiraba.
"Cuando llegué a calle Rioja me paré, fui a donde estaba el nene y vi que estaba con los ojos y la lengua para atrás, y los labios morados. Encima el nene casi se le cae a la madre de los nervios que tenía. Entonces lo que hice fue tomarlo en brazos, porque no había nadie que hiciera primeros auxilios y yo tampoco me iba a poner a hacerlos arriba del micro. Encima todos gritaban. Temía lo peor, que se me muriera ahí arriba", contó Juan a ese medio.
Afortunadamente se había detenido cerca de un centro médico. "Lo bajé por la puerta de adelante, lo puse boca abajo para que la lengua no se le fuera para atrás, me lo llevé corriendo por la vereda y me metí en Asistir, fue lo primero que se me ocurrió. Ahí nomás salió un médico de una de las habitaciones, lo asistieron y a los cinco minutos reaccionó", contó sobre esos minutos de puro nerviosismo y preocupación tanto para la madre como para todos los pasajeros que vivieron el angustiante episodio.
El menor quedó en observación y Juan no pudo por el momento ponerse en contacto con la madre para ver cómo evolucionó el nene.
"Yo tengo chicos, así que pensaba en ellos", contó Juan, que es padre de Ignacio Valentín de 7 años y de Luz Amparo de 3.
"Toda la gente ahí en Asistir me aplaudía, lo mismo cuando volví al colectivo. Todos me agradecían lo que había hecho. Mis compañeros también me felicitaron", contó Juan.