Comenzó el juicio contra un coordinador de exploradores de Don Bosco

El acusado habría aprovechado su posición de liderazgo y confianza para abusar de un menor de 13 años en dos campamentos realizados en 2013. Se destacó que se desempeñaba en la función desde 30 años antes. Fue en Trelew.

El Ministerio Público Fiscal inició el jueves el juicio oral y público contra un hombre que se desempeñaba como coordinador del movimiento de exploradores argentinos de Don Bosco, batallón 90 “Lucio Sabatti”, por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de un menor que integraba esa agrupación.

Según la acusación fiscal, los hechos ocurrieron en dos campamentos organizados por el movimiento, uno en enero y otro en agosto de 2013, en los que el imputado habría sometido sexualmente al niño, que entonces tenía 13 y 14 años, aprovechando su rol de autoridad y la confianza que le había generado.

La fiscal general Julieta Gamarra expuso en la primera jornada del debate el contexto en que se sucedieron los presuntos delitos, detallando la estructura jerárquica y las actividades del movimiento de exploradores, que funciona en la parroquia María Auxiliadora de Trelew.

Gamarra señaló que el imputado era el coordinador más antiguo y experimentado del batallón, al que habían convocado para refundarlo en 2010, luego de que se disolviera años atrás. Además, destacó su carisma, su capacidad para resolver conflictos y su influencia sobre los niños y adolescentes que participaban del movimiento, entre ellos la víctima.

El juicio continuará con la declaración de los testigos propuestos por las partes y la producción de otras pruebas documentales y periciales. Se espera que el tribunal dicte sentencia en los próximos días.

NO DENUNCIO POR TEMOR A LA BURLA

Refirió la fiscal general que el primer hecho imputado ocurrió en enero de 2013 en Esquel, donde tuvo lugar el campamento anual al que concurrió gran parte del batallón 90 y duró once días. Allí estaba el imputado como coordinador y el menor de 13 años como integrante de una patrulla. Ambos quedaron seleccionados para compartir una de las carpas junto a otros dos compañeros.

En una de las primeras noches y cuando los menores se habían ido a dormir irrumpió el coordinador, que se sacó la ropa y se metió dentro de la bolsa de dormir de la víctima, que finalmente se durmió. Allí aprovechando la superioridad que tenía como líder dentro del movimiento y que su víctima era un niño de trece años que se encontraba bajo su custodia, sabiendo lo que hacía y con el fin de menoscabar la integridad sexual del niño, procedió a concretar el abuso, aún a pesar de que por lo que sucedía despertó, continuando con su aberrante accionar.

En algún momento el niño intentó defenderse, ya que el imputado insistía con todo tipo de tocamientos y decidió ir a buscar su navaja, la clásica que tienen todos los exploradores que creyó tener en algún bolsillo del pantalón, pero no la encontró. Cuando se levantó a la mañana contó lo sucedido a los amigos y no a ningún adulto pues temía que se burlaran o que suspendieran el campamento.

“¿QUE TE PASA? ¿ESTAS SOÑANDO?”

El segundo de los hechos ocurrió el mismo año, el 9 de agosto por la noche en un campamento de tres días realizado en chacra San Roque ubicada en la zona de Treorky, entre Trelew y Gaiman. Esta vez no eran más de veinte chicos y el menor ya contaba con 14 años.

Con procedimientos similares de selección quedaron en la misma carpa y el imputado hasta mandó a algunos chicos para que se distribuyan en otras, quedando solamente uno más junto a ellos. En la primera de las dos noches el afectado se acostó pero para prevenirse lo hizo con la navaja multiuso por si la necesitaba. El coordinador procedió de la misma manera abusando de su víctima, sin dejarla en paz.

En un momento, cuando lo manoseaba intensamente, el menor se sentó y con la navaja en la mano lo insultó, dejándole en claro que no deseaba participar de su “juego”. El agresor lo alumbró con su linterna y le decía: “¿Qué te pasa?¿Estás soñando? El otro compañero de carpa dormía. Al otro día, la víctima contó a sus amigos y dijo que no quería dormir más con el coordinador, aunque sin dar la verdadera razón.

De acuerdo a la investigación llevada adelante y la prueba reunida, la fiscalía entiende que los hechos resultan captados por el artículo 119 último párrafo, dos hechos en concurso real, artículo 55 en calidad de autor, artículo 45 del código penal, esto es abuso sexual simple agravado por la condición de guardador.

Indicó la fiscal que no se advierte que existan en el caso, causas de justificación ni de inculpabilidad previstas en el código de fondo que autoricen a relevarlo o atenuar su responsabilidad respecto de los sucesos que se atribuyen.

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