De "Comodoro al Denali", una travesía al punto cúlmine del Círculo Polar Artico

Dos comodorenses y un marplatense. Un mes fuera del país. 17 días en la montaña. 60 kilos por persona distribuidos en mochilas y trineos. 5 campamentos antes del objetivo final. 10 kilos de pérdida de peso. Y tres años de planificación forman parte de las estadísticas con las cuales Sergio Vahnovan pudo concretar un nuevo sueño.
por Angel Romero
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Tres años planificando cada detalle, desde la cantidad de peso por persona, dinero para la expedición y que el período para ascender coincida con las vacaciones laborales.
Eso fue lo primero que empezó a "maquinar" la cabeza de Sergio Vahnovan (40 años, montañista autodidacta y comodorense). Luego faltaba lo más difícil: armar el grupo de expedicionarios para poner en marcha un nuevo objetivo: que la bandera de Comodoro Rivadavia flamee en el punto más alto de Alaska, en el Monte Denali (ex Mc Kinley) a 6.194 msnm.
Dante Sáiz, otro comodorense, fue el primero en golpear la puerta de Sergio y sumarse a la empresa sobre mediados de 2015. A ello seguiría un plan de entrenamiento exhaustivo en el Cerro Tronador en Bariloche (rescate en nieve) como en los Hielos Continentales, para ir aclimatando el cuerpo a lo que se expondrían.
Pero les faltaba una persona. De hecho, mínimo eran tres personas las que debían hacer la travesía. Y Sergio ya había rechazado el año pasado la invitación de Heraldo Javier Callupán, quien con 39 años hizo la expedición en soledad y perdió la vida a 5.200 msnm. Incluso hubo que hacer una colecta para poder repatriar sus restos a su General Roca natal.
Cuando faltaba poco para la fecha estipulada apareció el marplatense Matías Erroz, y "De Comodoro al Denali" entró en su recta final.

RUMBO AL CIRCULO
POLAR ARTICO
5 campamentos (el último de ellos a 5.200 msnm) y que representaba el último tirón era el peldaño final antes de la cumbre del Monte Denali.
1 mes fuera de la Argentina, 60 kilos de peso por persona (repartidos entre las mochilas y los trineos) 3 expedicionarios. 3 años de planificación. 10 kilos menos de peso.
12 metros de distancias entre cada montañista -donde una cuerda hacía la diferencia entre la vida y la muerte- 1 bandera de Comodoro Rivadavia. La ausencia de la noche por su cercanía al Círculo Polar. Ese fue el panorama que rodeó a los expedicionarios desde el 27 de mayo, cuando una avioneta que partió desde el pueblito Talkeetna los depositó en el campamento base, en pleno glaciar a razón de 400 dólares por persona el boleto aéreo. El más barato que consiguieron, solo porque el avión no contaba con instrumental de vuelo y solo trabajaba en condiciones ideales de tiempo.
17 días duró la expedición, donde el 9° marcó el punto más alto.
"Al campamento base llegamos en una avioneta que costó 400 dólares por persona. El trineo y las raquetas iban desarmados en bolsos especiales. A eso súmale las latas de combustible que eran de bencina, porque el propano corría riesgo de congelación por las bajas temperaturas", sostiene Sergio a El Patagónico.
En principio estaba proyectado 23 días de expedición en la montaña, y comida para esa cantidad de días. Un solo kilo de yerba (Sergio no toma, tampoco cerveza o alcohol, solo en la cumbre como para celebrar ese momento especial). Y cinco tramos donde descansar.
"El viernes 27 llegamos al pueblito Talkeetna para contratar la avioneta y volar al día siguiente. Pero como la jornada se presentaba a pleno viajamos ese mismo día para estar sobre el glaciar (campamento base). Al cual arribamos a las 19:30 y en vez de quedarnos ahí emprendimos el tramo hacia el campamento 1, donde llegamos a las 2:30 de la madrugada" recuerda Vanohann.
"Al estar cerca del Círculo Polar Artico no hay noche. Entonces te cuesta ubicarte en tiempo y espacio. Siempre hay luz, aunque el sol no te pega directo siempre está todo claro. El cuerpo se pierde acércate de cuándo se come o cuándo se duerme", describió.

CAMPAMENTO 1
(2.300 msnm)
"Llegamos y había que armar unas paredes de hielo para resguardar la carpa de los vientos que puedan surgir. Y a descansar en una carpa para 3, que nos daba la comodidad necesaria. Por eso en la idea original se pensó en 3 personas y nadie más. Porque ello repercutía en el peso. Además en forma previa ya conocía a Dante y sabía que se estaba entrenando, mientras que Matías ya cuenta con un historial de ascensos superior al nuestro" apuntó.
Del campamento base al 1 hay una distancia de 10 kilómetros. Y el no haberse quedado a pernoctar en el inicio les ahorró una comida (hamburguesas con papas fritas de un puesto callejero). Con ello también no hubo que derretir nieve preparar comida.
Respecto a si se duerme en lugares así, Sergio responde "Es relativo. A diferencia de otras montañas acá se sale de la carpa más tarde. Cuando el sol comienza a dar de lleno en la carpa, tipo 10 de la mañana. Antes hace mucho frío (20 grados o más bajo cero)".
Por ello, no había pactado una cantidad de horas para dormir o descansar. De hecho los últimos días de tormenta (en el campamento 3) estuvieron en la carpa 'matando' el tiempo jugando a las cartas (donde Sergio volvió a recuperar 'la escoba' con la cual jugaba con su abuela). "En realidad ellos querían jugar al truco, y yo a la escoba" (donde la gimnasia de jugar a 15 le dio ventaja a Vanohann).

CAMPAMENTO 2
(3.000 msnm)
Una hora y media le llevaba armar y desarmar el campamento. Por ello tras cinco horas de marcha arribaron al campamento 2.
"Ahí paramos, y en principio no encontramos carpas ni nada armado. Nos dimos cuenta que era el lugar porque quedaban algunas paredes medias caídas. Además estamos dentro de un parque nacional donde por las muertes de las personas, el personal de guardaparques ha dejado sogas y grampones para ayudar. Igual en la entrada al parque uno hace la entrevista y exime de responsabilidad al país. De hecho el año pasado murió un amigo (Heraldo Javier Callupan, de 39 años) en la misma montaña al intentar en soledad llegar a la cumbre. Lo encontraron a 5.200 msnm y hubo que hacer una colecta para poder repatriar los restos".

CAMPAMENTO 3
(3.414 msnm)

Ya en el campamento 3 la historia cambió, había mucha más gente (hay cuatro agencias que llevan contingentes de turistas a subir), así que el terreno para armar el campamento estaba armado. Con menos peso porque dejaron una reserva de alimentos en el 1 (a un metro bajo la nieve) para el retorno. "Se entierra la comida por la presencia de cuervos. Además más cerca de la cumbre la gente comienza a donar las cosas para bajar con menos peso".

CAMPAMENTO 4
(4.938 msnm)
Ya en el 4, los tres expedicionarios se decidieron a hacer "porteo" (que consiste en llevar parte del equipo más arriba y retornar) y de esta manera subir con menos peso y aclimatar el cuerpo a la altura. "Al ser los desniveles más importantes uno empieza a planificar la bajada donde los trineos complican el descenso porque tira hacia abajo. Decidimos llevar dos trineos (uno dejamos enterrado con una banderita de guía que luego nos sirvió para encontrarlo)", remarcó Sergio.
Ese fue el tramo más largo, 4 kilómetros en ochos horas de marcha y una inclinación de 40°. Donde además no se podía descansar porque el trineo tiraba hacia abajo (a Matías Erroz y él). Cuando llegaron al 4 decidieron un día libre. Luego se porteo y al retorno del campamento. Y el tiempo se hizo presente con viento blanco.
"Estábamos en un punto anclados, porque nevaba y había viento. Y éramos muchos porque estaban los clientes de las 4 agencias en ese mismo espacio (las empresas mientras más tiempo tengan a sus clientes en la montaña más le cobran por sus servicios). El día se presentaba nublado y nevando, y cuando había una ventana de sol se volvía a ocultar enseguida. Además los grupos que arriesgaban a la cumbre volvían enseguida. De hecho nosotros llegamos a 4 mil y nos tuvimos que volver, cuando quedaban 700 metros para alcanzar el campamento 5", sostuvo.
En el campamento 4, seis días duró la tregua, a la espera que la montaña cuente con una ventana.

CAMPAMENTO 5
(5.200 msnm)
El día se presentó oportuno y salieron al mediodía para llegar sobre el filo de la sombra y con cerca de 30 grados bajo cero. Ahí pararon 3 días mirando el hongo de nubes que giraba en torno a la cumbre.
A mil metros de desnivel, y 4 kilómetros, estaba la cumbre. Al mediodía se dio la oportunidad. Matías Erroz consultó a una de las agencias que se preparaba para el ataque final.
En el grupo no hubo dudas, se armaron lo más pronto posible y una hora más tarde (12:30 del mediodía) los tres argentinos salían en búsqueda del objetivo final.
Sobre las 19 horas estaban en la cumbre del Monte Denali, donde 15' de permanencia coronaron 3 años de planificación. Un mes fuera de Argentina y 17 días en la montaña.
Allá arriba, en el punto más alto de Alaska, la bandera de la capital petrolera volvió a flamear. Y Sergio Vahovan cumplió una travesía más desde aquella tarde en Río Senguer cuando al subir uno de los cerros aledaños descubrió su pasión.

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