La Policía y agentes municipales desbarataron una fiesta privada en el barrio Santa Genoveva, luego de que vecinos denunciaron ruidos molestos en una casa alquilada. Al llegar, los agentes se dieron con un grupo de personas, entre los que había menores, que tenía un festejo en plena cuarentena dictada por la emergencia sanitaria por el coronavirus.
Siete personas demoradas, y puestas a disposición de la Justicia por violar el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Además en pleno operativo se secuestraron dos vehículos ya que los conductores, que llegaban a la fiesta, dieran positivos en los controles de alcoholemia.
“Un grupo de personas decidió juntarse y participar de una fiesta privada en un evento prohibido en este contexto de aislamiento. Nos convocó la Policía y estuvimos en un procedimiento que dejó siete demorados y dos alcoholemias positivas y que nos demandó hasta las tres de la madrugada de hoy (por el jueves)”, señaló el subsecretario de Medioambiente y Protección Ciudadana, Francisco Baggio en diálogo con La Mañana de Neuquén.
El funcionario municipal dijo a LU5 que entre los participantes hubo menores de edad, e incluso algunos de los participantes intentaron escaparse por los techos de las viviendas linderas pero fueron atrapados a tiempo.
Baggio se mostró ofuscado por esta situación a la que calificó de "irresponsable" de parte de quienes lo organizaron y de los convocados. Además, dijo que, más allá del aislamiento y la prohibición de reunirse, no era una casa habilitada para realizar eventos.
“Nos ofende como trabajadores, tanto la Policía, como personal de Tránsito, de Defensa Civil o Gendarmería estamos expuestos a un montón de situaciones, Esto nos molesta y hay que hacer un llamado a la reflexión”, señaló Baggio.
“No quedó clausurada porque no había ningún responsable. Hoy vamos a tratar de dar con el propietario o inquilino. Este lugar no puede ser habilitado para fiesta sino tiene licencia comercial, pero además nunca podría hacerlo porque el uso y ocupación de suelo en este sector se lo impide”, agregó.
Explicó que la fiesta comenzó a 23 horas, en la noche del miércoles, de acuerdo a los vecinos que denunciaron a la vivienda de la calle Río Juramento al 900 por ruidos molestos.
“Se trataba de un encuentro de grandes proporciones que pudo ser contenido a tiempo. Esto puede terminar en una situación desastrosa, si hubiera asistido un posible contagiado de coronavirus, puede o no haber terminado como en Loncopué”, subrayó el funcionario.