La detección fue confirmada en análisis efectuados por el Laboratorio Nacional del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) en muestras tomadas a dos patos silvestres muertos, ambos con resultado positivo, en la laguna Las Mojarras en el departamento cordobés de General San Martín.
Agentes del SENASA llegaron al lugar a partir de una notificación recibida el viernes, realizada por la Policía Ambiental de Córdoba, y tomaron las muestras que fueron remitidas para su análisis y diagnóstico al Laboratorio del organismo en Martínez, provincia de Buenos Aires.
Las aves silvestres, principalmente migratorias, son el hospedero natural del virus (principalmente patos y gansos) y está siendo el principal factor de diseminación a través del continente.
La influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) es una enfermedad de alto impacto tanto en la diversidad de aves silvestres como en la producción avícola, debido a que provoca muy altos índices de mortandad.
Si bien no es posible frenar o mitigar el avance de la enfermedad a través de las zonas donde asientan las aves migratorias, sí resulta posible adoptar medidas de preparación y mitigar su diseminación y su impacto negativo en la avicultura.
Esto se logra a través de la detección precoz, la atención inmediata para contener su dispersión a otras aves dentro del país y el refuerzo permanente de las medidas de bioseguridad en las granjas comerciales.
El virus de IA no se transmite a las personas por el consumo de carne y huevo, y solo se transmite por contacto directo al manipular aves enfermas o muertas por el virus.