“Hasta ahora no me pude comunicar. Imagínate una criaturita de 5 años pasar por todo lo que pasó”, sostuvo Ariel Gonzalo Pedroni, padre de uno de los cuatro hijos que convivían con Elizabeth Poletti en la vivienda de la calle Sarmiento al 2000, donde el domingo ocurrió la tragedia.
Pedroni es el padre del menor de los tres varones que convivían con su madre y la beba de 10 meses, fruto de la relación con el femicida que luego se suicidó.
Según dijo, reclamaba desde hacía meses la tenencia del menor, dados los problemas de adicciones que padecía la mujer.
En este sentido, señaló que “con Elizabeth decidimos -por la situación que estábamos pasando acá en Santa Fe- irnos al sur para cambiar de vida y que ella pudiera salir del entorno en el que estaba inmersa”.
“Cuando llegamos, estuvimos bien un tiempito pero después retomó la misma vida que tenía acá en Santa Fe”, dijo en diálogo con FM La Petrolera 89.3 MHz.
Asimismo, Pedroni aclaró que “mientras los chicos estuvieron con Brenda (vecina de Elizabeth), yo tenía comunicación permanente con ellos. Cuando estuvieron con la madre no porque la situación de ellas no permitía una sana convivencia. Elizabeth cortó todo tipo de contacto conmigo”.
Agregó que “ante esta situación, yo empecé a consultar en todos los organismos de Santa Fe cómo hacer para recuperar a los chicos, pero nos fueron demorando todo por un tema jurisdiccional”.
En este marco, destacó que “en esos momentos yo estaba medio flojo de trabajo; no tenía los medios económicos para ir a Comodoro y un viaje desde Santa Fe al sur me significaba una suma de dinero muy importante que no podía conseguir”.
Agregó que “en los expedientes tiene que figurar que estuve más de 5 meses luchando para que me den la custodia de mi hijo, pero el juez le dio la guarda de los nenes a ella”.
“Norma, la abuela paterna de las dos nenas, viajó a Comodoro Rivadavia para traerlas a Santa Fe porque la Justicia a ella sí la autorizó”, expresó.
A su vez, recordó que “yo desde acá siempre colaboré económicamente con Elizabeth, con lo que podía. Los organismos de Comodoro nunca pusieron un poquito de sentido común en la situación. A Brenda siempre le exigieron y la maltrataron; no colaboraron con nada”.
“Desde Comodoro pidieron informes míos acá en Santa Fe. Crean o no, yo soy una persona normal. No tengo ningún problema con la ley, no consumo drogas, ni alcohol. Pero bueno, no sé qué habrá pasado que me negaron la custodia”, expresó.
“Hasta ahora no me pude comunicar con mi hijo. Sé que está con una vecina que lo rescató. Imagínate una criaturita de 5 años pasar por todo lo que pasó. Te digo la verdad: yo estoy muy angustiado y preocupado”, lamentó.
También resaltó que “estoy esperando a ver qué me dicen los abogados hoy porque sí o sí me tienen que llamar. Mis amigos y familiares me están dando una mano para juntar plata y así poder viajar a Comodoro Rivadavia. Estoy expectante para ver si me autorizan a traerme a mi hijo y a Gastón, si es que Gastón quiere. Yo por mi parte no tengo ningún problema”.
UNA LARGA HISTORIA
“La historia es muy larga, pero como está la situación ahora yo prefiero no relatar los comienzos. Primero quiero ver si me dan a mi hijo para traerlo a Santa Fe y darle una vida (no creo que de ahora en más sea normal), pero lo intentaremos, tanto yo como sus otros hermanos”, explicó.
El padre insistió en sus cuestionamientos a la Justicia de Familia de esta ciudad, señalando que “desgraciadamente, siempre va detrás de los hechos y nunca antes de que las cosas pasen. Es lamentable esto, pero es la pura realidad. Tiene que pasar algo muy malo como una tragedia que no tenga vuelta atrás para prestarle un poco más de atención a los casos. Este no debe ser el único, pero las cosas suceden como tienen que suceder”.
Sostuvo que realizó numerosos pedidos en la Justicia de Familia para poder quedarse con la tenencia de sus hijos, sobre todo a partir de un episodio ocurrido en el que la mujer había desaparecido durante varios días. “Y bueno… por los motivos fijados que salen no puedo decir por qué no me los dieron. Nadie me dio una explicación, ni nada del tema. Lo único que me dijeron es que fue la madre de ella y se puso a cargo de los hijos. Yo quiero tener nuevamente la tenencia de ellos; eso es lo único que yo quiero”.
EL FEMICIDIO
El crimen se produjo el último domingo alrededor de las 10.30 en una vivienda de la calle Sarmiento al 2.000 en la que residían Elizabeth y sus cuatros hijos. Los mayores tienen 18, 15 y 5 años y la menor –cuyo padre era el femicida Jesús Santos Falcón- es una bebé de apenas 10 meses.
El victimario, de 39 años, mantenía una relación de aproximadamente dos años con la mujer de 37, aunque no convivían.
Según pudo establecerse, la discusión inicial involucró a la pareja y fue cobrando intensidad, haciendo que los hijos bajaran desde la parte alta de la vivienda. Tras ser agredidos por el hombre, la mujer decidió nuevamente intervenir en resguardo de sus hijos. En ese contexto, recibió un violento golpe en el rostro que la dejó inconsciente y luego el femicida la atacó en el suelo, utilizando un elemento contundente delante de sus hijos.
Cuando éstos salieron al exterior en busca de ayuda, el victimario subió al primer piso y se quitó la vida utilizando una cuerda.