"Él salía con amigos, llegaba borracho y rompía cosas"

Se realizó ayer la cuarta jornada del juicio por el ataque ocurrido el 1 de diciembre de 2018 en el barrio Las Flores que tiene como imputada a Ana Lepio. Entre los testimonios destacados en la fecha estuvo el de la imputada y el de una hija de ella. El martes se producirán los alegatos finales.

El tribunal de debate fue presidido por Daniela Arcuri y completado por Gladys Olavarría y Jorge Odorisio; por el Ministerio Público Fiscal se hizo presente María Laura Blanco, en tanto que la defensa de la imputada fue ejercida por Guillermo Iglesias.

“Yo lo conocí siendo taxista hace como 5 años, habíamos arreglado que nos íbamos a separar porque la relación ya se había desgastado. Él salía con los amigos, llegaba borracho y rompía cosas”, declaró Ana Elizabeth Lepio.

Según su versión, por esa razón regresó a las casa del papá de sus hijos, pero “luego él me llama y me pedía plata”.

Dijo que la víctima también “tenía problemas con las drogas”, a pesar de lo cual decidió darle otra oportunidad y volver a vivir juntos.

“El decía que si estaba conmigo no se drogaba tanto, pero fue peor y se ponía violento. Yo le decía que se vaya y aparecía a los dos o tres días como que no había pasado nada. Me celaba y me pegaba porque yo no quería estar con él”, sostuvo la imputada.

En tanto, su hija dijo que conoció a la víctima, pareja de su madre, en una fiesta, pero que cuando iban a verla a su nuevo domicilio, él se iba para dejarlos solos.

Contó que luego su madre se fue a vivir sola, pero que mantenía su relación con la víctima. “Con mis hermanos la íbamos a ver y pocas veces él estaba ahí; no tenía mucha relación con él. Mi mamá me contaba que él era celoso porque no le contestaba, como un grado de inmadurez de parte de él. Después se separaron porque él no trabajaba, dormía todo el día y no aportaba nada a la casa. Él siempre quería controlarla y siempre quería estar ahí, vigilándola; no se integraba a la familia, ni a las amigas de ella”, sostuvo.

Ella le aconsejaba dejarlo, “pero mi mamá tenía miedo de estar sola; ella tiene una historia de vida muy triste”.

MADRUGADA DE SANGRE

El ilícito juzgado ocurrió el sábado 1 de diciembre de 2018, cuando siendo aproximadamente las 6 la víctima se encontraba junto a una mujer que ya declaró como testigo. Estaban en el interior de su domicilio sito en calle Los Aromos, en el barrio Las Flores.

En tales circunstancias, se hizo presente Lepio, quien comenzó a caminar por el techo de la vivienda para luego bajar a la altura de la puerta de ingreso y tras correr la ventana lindante a la misma, tomar la llave que se encontraba colgada y abrir.

Al escuchar ruidos, la testigo se escondió en el baño mientras la víctima atendía a Lepio, manifestándole que su relación ya había terminado, a lo que ella preguntó si había alguien más en el lugar.

Acto seguido, Lepio se dirigió al baño y tras constatar la presencia de otra mujer, conminó a la víctima: “sacala de ahí… la mato a ella o te mato a vos”. Seguidamente Lepio, valiéndose de un cuello de botella color verde con tapa amarilla y –según Fiscalía- “con claras intenciones de darle muerte a la víctima”, le cortó la zona lateral izquierda de su cuello.

“Ana, me cortaste el cuello… me estoy muriendo Ana”, dijo el hombre, respondiéndole Lepio: “Morite h. de p.”.

Posteriormente, y tomándose el cuello, el hombre fue caminando hasta Rivadavia e Ituzaingó, donde se encontró con personal de la Seccional Segunda al que les refirió: “mi mujer, Ana Elizabeth Lepio, me apuñaló con una botella en mi casa, me desmayo, me desmayo”, siendo posteriormente auxiliado por la ambulancia del Hospital Regional.

Fuente:

Notas Relacionadas

Dejá tu comentario

Las Más Leídas del Patagónico