El juicio por mala praxis médica que tiene como imputado al urólogo Marcelo Espasiano entró en su etapa final este viernes, con la audiencia de alegatos de las partes. El fiscal Cristian Olazabal y el querellante Eduardo Villafañe pidieron que se lo condene por el delito de lesiones graves culposas, mientras que el defensor Guillermo Iglesias solicitó su absolución. El juez Mariano Nicosia dará a conocer su fallo el próximo viernes 20.
El caso se remonta al 27 de febrero de 2019, cuando la víctima ingresó a la guardia de la Asociación Española derivado del hospital de Rada Tilly por un diagnóstico presuntivo de cálculos uretrales. Se le realizó una urotomografía sin contraste que confirmó la existencia de un cálculo renal en el uréter izquierdo y quedó internado en dicho nosocomio.
Al día siguiente, Espasiano le propuso al paciente someterse a una práctica quirúrgica llamada ureteroscopía, que consiste en introducir un instrumento óptico por la vía urinaria hasta llegar al cálculo y fragmentarlo con un láser o una pinza. Según Fiscalía, el médico le aseguró que se trataba de un procedimiento simple, rápido y de bajo riesgo, sin informarle los beneficios esperados, los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles. Tampoco le hizo firmar el consentimiento informado por escrito.
La operación se llevó a cabo el mismo día, pero no salió como se esperaba. Según la acusación, Espasiano realizó una maniobra defectuosa que le provocó al paciente una perforación en el uréter izquierdo, una hemorragia interna y una infección generalizada.
En su alegato, el fiscal Olazabal sostuvo que se ha probado a lo largo del debate tanto la materialidad como la autoría y responsabilidad del hecho en cabeza del imputado. Afirmó que el doctor Espasiano incurrió en una negligencia profesional al no respetar las normas de cuidado y las buenas prácticas médicas. También señaló que el médico violó el deber de información y el derecho a la autodeterminación del paciente al no obtener su consentimiento informado, omitiendo informar los beneficios esperados del procedimiento, los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles, “minimizando la gravedad de la práctica”.
“Seguidamente Espasiano lleva a cabo con negligencia la ureterostomía a la víctima, haciéndolo con poco cuidado y mesura, ejerciendo una excesiva y brusca presión, mayor a la tolerada por el uréter, provocando una lesión en el uréter izquierdo y posteriormente un desgarro ureteral. Maniobra que le imposibilitó repararlo y conectarlo nuevamente al riñón”, agregó el fiscal.
Ante esta situación Espasiano salió del quirófano y comunica las complicaciones a familiares de la víctima, a quienes pidió autorización para extirpar su riñón izquierdo. Los familiares se negaron, el cirujano volvió a ingresar al quirófano y realizó una nefrostomía para poder derivarle la orina y colocarle un drenaje.
NADA SALIO COMO SE ESPERABA
El 3 de marzo de 2019 la víctima obtuvo el alta en el sanatorio para al día siguiente ingresar nuevamente e internarse por indicación de Espasiano y ser sometido a otra intervención quirúrgica, laparotomía exploradora, a los fines de observarle el abdomen. Finalmente, la víctima fue dada de alta, pero al otro día tuvo que ser derivada de urgencia al Hospital Italiano de Buenos Aires donde fue sometido nuevamente a otras dos intervenciones quirúrgicas. Finalmente, se le extirpó su riñón izquierdo.
Como consecuencia directa de la lesión provocada por Espasiano que imposibilitó salvar su riñón izquierdo por ausencia de uréter y según el informe del Cuerpo Médico Forense de Madryn, se encontró imposibilitado para trabajar y con un tiempo de curación mayor a 65 días.
Por todo ello, Olazabal solicitó se condene al médico por “lesiones graves culposas” en calidad de “autor”.
Por su parte, el querellante Villafañe adhirió al pedido del fiscal y agregó que el médico Espasiano actuó “con indiferencia hacia el sufrimiento del paciente y su familia”.
En cambio, el defensor Iglesias planteó la inocencia de su defendido y pidió su absolución. Alegó que no hubo mala praxis médica sino un resultado adverso “imprevisible e inevitable”. Explicó que la ureteroscopía es una técnica habitual y aceptada para tratar los cálculos renales y que el doctor Espasiano la realizó “con pericia y diligencia”. Añadió que el paciente fue debidamente informado sobre el procedimiento y sus posibles complicaciones y que dio su consentimiento verbal.
Ahora será el juez Nicosia quien deberá resolver si Espasiano es culpable o no del delito que se le imputa. El veredicto se conocerá el próximo viernes 20 de octubre, a las 12.