En Comodoro cerca de 1.500 adultos mayores le esquivan a los años realizando actividades

Más de 800 adultos mayores realizan actividades en trece centros de jubilados. Otros 350 participan de los talleres socio recreativos y de centros de día de la Municipalidad. Y más de 200 asisten a los cursos que se dictan en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. En Comodoro Rivadavia desde hace más de dos décadas se trabaja la ancianidad, con una labor de apoyo conjunto que ha crecido en los últimos años y que permite contener y darle movimiento a quienes ya cerraron su etapa laboral. Los especialistas aseguran que esta ciudad es un ejemplo en la temática. Sin embargo, admiten que aún hay mucho trabajo por hacer.
De la casa al trabajo y del trabajo a la casa. La cultura del trabajador minero, dice el licenciado Julio Rivas -coordinador del Programa UPAMI que ejecuta la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco junto a la obra social de jubilados-, es un rasgo del obrero de Comodoro Rivadavia, una ciudad que se caracteriza por su falta de propuestas en actividades recreativas y de esparcimiento, algo que parece estar cambiando en los últimos años.
Por esta filosofía o cultura del trabajo a destajo, bien propia del inmigrante, hay toda una población de adultos mayores que creció bajo esa premisa difícil de cambiar y que hoy obliga a trabajar la adultez, en tiempos en que se termina la etapa laboral y debe comenzar el descanso, con todo lo que conlleva la convivencia y la familia para quien pasó largas jornadas trabajando en el campo y debe volver a la casa.
En Comodoro Rivadavia, según datos del último censo nacional de 2010, hay más de 18.779 adultos mayores. Los especialistas del área aseguran que a seis años de ese relevamiento son muchos más e incluso que la pirámide de la vejez ha cambiado por la mayor expectativa de vida que se prolonga a más de 80 años.
Para mejorar el bienestar de la ancianidad, desde hace más de 20 años en Comodoro Rivadavia, a través del municipio se comenzaron a impulsar políticas que ayuden a repensar la vejez y pongan en movimiento a quienes iniciaron su etapa de jubilación.
Con el paso de los años se sumaron otras instituciones y hoy a través de la Dirección de Adultos Mayores, la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y el PAMI, se realiza un trabajo conjunto que a paso lento, pero firme va cambiando la forma de ser adulto mayor.
En la actualidad, según oficiales de la dirección municipal que dirige Viviana Traversa, más de 350 adultos participan de las actividades que se realizan en los dos centros de día y los ocho talleres recreativos que funcionan en esta ciudad.
A ese número hay que sumarle otros 206 adultos mayores que este cuatrimestre participan de los cursos que dicta la Universidad a través del programa UPAMI, y los más de 800 que realizan actividades en los trece centros de jubilados que funcionan tanto en zona sur como en zona norte.
Así cerca de 1.500 personas desafían el tiempo y demuestran que nunca es tarde para aprender, divertirse o seguir haciendo amigos, en talleres y cursos donde incluso se han formado pareja, confiesa Rivas.

DESDE BAILAR HASTA
ESTUDIAR IDIOMAS
Leopoldo Villegas, un jubilado camionero que vive en Próspero Palazzo, es uno de los tantos que participa de estas actividades. El jueves bailó en el escenario del Aula Magna de la Universidad, donde se realizó la Muestra Artística 2016, en el marco del Día del Adulto Mayor que se celebró el 1 de octubre y que hoy tendrá su cierre luego de un mes de actividades con una fiesta exclusiva para todos los adultos mayores de la ciudad.
"Hace cuatro años para cinco que participo", contó Leopoldo al ser consultado por El Patagónico.
"Ya me jubilé hace cuatro años y no había tenido la oportunidad de aprender folclore, entonces dije acá tengo la oportunidad, porque yo toco la guitarra de cuando tenía 14 años y como dice el refrán el que toca nunca baila, entonces nunca pude bailar", agregó.
"Estoy contento, feliz porque es un espacio de contención y su vez por salir de la monotonía de estar en la casa", admitió el hombre quien integra la comisión del Centro de Jubilados del barrio Próspero Palazzo y forma parte del cuerpo de baile Alas del Viento y del coro Las voces de cristal.
Así como Leopoldo otros cientos de integrantes de la tercera edad cada semana asisten a los centros de jubilados para participar de estas actividades. Otros, en cambio, cada tarde llegan hasta el taller recreativo de su barrio, donde el objetivo es mejorar la movilidad, las destrezas motrices y cognitivas.
"En estos espacios apuntamos a la recreación y a las actividades de integración de memoria, motricidad", dice Beatriz Barría, coordinadora del Centro de Día del barrio San Martín y de los espacios que impulsa la Dirección de Adultos Mayores del municipio.
"Tratamos de usar estrategias a través del juego para que tengan movimiento: un taller de sopas de letras, pintura, juegos de motricidad para que puedan trabajar lo cognitivo. Porque esa es la idea trabajar la motricidad y la parte cognitiva", detalló.
Según explicó Barría estos espacios funcionan de 13 a 18, a excepción de los dos centros de día que abren sus puertas la jornada completa, con dos turnos de 8 a 13 y de 13 a 18. En uno de ellos, el del barrio San Martín, además de las actividades recreativas funciona un espacio para personas que necesitan atender patologías como alzhéimer, parkinson, ceguera y demencia senil.
Allí un equipo de trabajo integrado por auxiliares terapéutico y cocineros reciben con desayuno y les dan el almuerzo a 25 adultos mayores que llegan de distintos puntos de la ciudad, en un espacio que necesita crecer ante la demanda.
A estas actividades se suma la colonia de vacaciones que funciona cada verano con la participación de 600 adultos mayores; el programa Adultos en Acción que tiene lugar el tercer sábado de cada mes en forma itinerante con el acompañamiento del Ente Comodoro Deportes; los Juegos Evita que en sus instancias locales son organizados por los municipios y en las finales por el Gobierno provincial; y por último, los viajes que suelen impulsar los propios centros de jubilados y PAMI.
La actividad es amplia. "En la ciudad hay muchísimos espacios de participación de adultos mayores", indica Viviana Traversa, Directora de Adultos Mayores, al reflexionar sobre cómo se trabaja la vejez en esta ciudad de características mineras.
"Comodoro es un ejemplo, incluso con otros lugares de distintas provincias. Las tres instituciones que trabajan con adultos mayores: PAMI, la Dirección y UPAMI venimos trabajando hace muchísimos años con la temática. Entonces trabajando en forma conjunta se logran buenas cosas", señaló quien trabaja en el área desde 2000 cuando se creó la dirección.

LOS DESAFIOS
Los especialistas consultados aseguran que fue en la década del 80 cuando se dio el quiebre para comenzar a repensar la vejez en el mundo. Si bien antes desde la Organización de las Naciones Unidas ya habían comenzado a trabajar en la temática, en 1982 se realizó la primera Asamblea sobre el Envejecimiento, en Viena, Austria.
Allí se presentó un plan internacional de acción que permitiera generar políticas públicas vinculadas al empleo, la seguridad económica, la salud y la nutrición, la vivienda, la educación y el bienestar social del adulto mayor.
En Argentina en tanto, en 1994 se impulsaron las primeras políticas importantes que permitieron a largo plazo modificar la forma de ser adulto mayor, asegura Traversa.
Mientras, en Chubut un año después se creó la primera área de este tipo y se convocó a los adultos mayores a crear y participar en los centros de jubilados. Para esa época ya se había dado forma a la Ley de Promoción y Protección Integral de la Tercera Edad, que actualmente está promulgada pero no reglamentada, con todo lo que ello implica.
En Comodoro Rivadavia fue en 1998, en plena crisis económica por la baja del barril del petróleo, cuando se comenzó a trabajar en la adultez. Así se construyeron las primeras casitas tutelares, comenzaron a funcionar cuatro comedores comunitarios (cuatro) y se iniciaron lo los grupos recreativos, asegura la directora.
Ese año también tuvo lugar el primer encuentro de Adultos Mayores, que impulsó por entonces la Secretaría de Acción Social.
Fueron tiempos muy duros asegura Barría. "Cuando iniciamos la línea de acción fuimos golpeando puerta a puerta. En esa época era Tercera Edad y era darle la asistencia a adultos sin ingresos, que trabajaron toda su vida en negro", graficó.
"Los cambios políticos permitieron dar la vuelta, con la salida de las jubilaciones, pensiones. Pero en ese entonces muchos no conocían el dinero, no conocían el cine. Me acuerdo que los primeros viajes que nos dio Provincia mucha gente no conocía Rada Tilly. Entonces fuimos trabajando de a poquito, diciéndoles que son personas, que tienen que valorar su dignidad y con el paso de los años se ha dado una vuelta muy importante", recordó.
Más allá de los avances que se lograron en la temática lo cierto es que a 20 años aún queda mucho trabajo por hacer, algo que aceptan los especialistas. "La problemática existe. Estamos hablando de un sector que ha sido manipulado, que ha estado en un estado de vulnerabilidad", aseguró Rivas.
"El Estado todavía no se ha hecho cargo, hablo en general no de una cuestión partidaria. No hay una política pública de Estado, entonces tenemos que seguir creciendo y trabajar en la prevención. Para eso tenemos que capacitar a los cuidadores y a los estudiantes para que puedan incorporar en la currícula a los adultos mayores. También nos debemos trabajar sobre la Ley Provincial", ejemplificó.
"Es interesante, se trabajó en paralelo con la ley de la niñez. Las dos son innovadoras pero la nuestra no está reglamentada, entonces puede haber elementos que se pueden implementar y nosotros como Estado nacional en la Universidad, y el Estado municipal la pueden acompañar, porque hoy es una ley muerta", sentenció sobre la legislación.
El profesional tampoco ocultó su preocupación por el aumento de la brecha de adultos mayores. Es que cree que es necesario comenzar a tomar cartas en el asunto en el corto plazo.
"Va a seguir creciendo la brecha y en los estados tenemos que planificarla porque ya estamos hablando del nuevo viejo, más en Comodoro con las jubilaciones anticipadas, las jubilaciones especiales", manifestó.
Barría también coincidió con este diagnóstico y consideró que por esta razón es necesario contar con mayor cantidad de instituciones. "Es poco lo tenemos. Tendríamos que tener dos centros de días más porque la pirámide de población que antes apuntaba a la niñez ahora está apuntando a que viene un gran grupo de adultos mayores", indicó.
"Vienen más adultos de 80 o 90 años y hay un deterioro mental y de motricidad. Entonces nos van a faltar espacio de contención, porque los grupos socio recreativos no es lo mismo que asistir a un centro de día de lunes a viernes. Es cierto que se le ha dado una vuelta muy importante, hoy no es el mismo adulto que hace diez o quince años atrás, pero tenemos que seguir trabajando, porque la brecha va cambiando", subrayó.

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