En Comodoro ya casi no hay actividades vedadas

Las restricciones aplicadas para que evitar contagios de COVID-19 son cada vez menores y quedan a responsabilidad de cada persona.

En marzo de 2020 se escribía una nueva etapa en el mundo. El termino cuarentena fue más frecuente y la vida de las personas se vio modificada en pos de evitar contagios masivos de COVID-19. El uso de barbijo fue obligatorio, las reuniones familiares estaban prohibidas y se podía ir al supermercado dependiendo del último número del DNI. Esas fueron algunas de las restricciones que se aplicaron a lo largo de casi dos años a la espera que el plan de vacunación avanzara en distintas partes del mundo.

Las medidas, que muchas veces fueron antipáticas y algunas inexplicables, hoy casi no existen. Las familias pueden reunirse libremente, aunque se recomienda que no se comparta el vaso o el mate y que los espacios sean ventilados constantemente. No hay límite de ingreso a los locales. El colectivo puede llevar personas paradas y los boliches o los gimnasios (espacios que fueron los más perjudicados durante la época dura de restricciones) funcionan normalmente, siempre y cuando cumplan con las normativas que estaban establecidas en la prepandemia.

Los velorios cambiaron sus duras restricciones. Es que en los primeros meses de la cuarentena no se podía velar a los fallecidos aun si la muerte hubiera sido por causas naturales. El reclamo de los ciudadanos y el alivio en la situación epidemiológica permitió que la despedida a los seres queridos fuera entre 15 minutos y media hora, pero con estrictos protocolos sanitarios. En la actualidad, los velorios tienen una extensión de dos horas y las medidas ya no son tan estrictas.

Los supermercados también cambiaron sus formas de recibir a los clientes. En la pandemia era común que estuviera un guardia de seguridad privada y un efectivo policial. El primero tomaba la temperatura e invitaba a las personas a ponerse alcohol en gel. Mientras que el segundo pedía el DNI para comprobar que su día era el autorizado para hacer las compras. Todo eso quedó a un costado. Las personas pueden ingresar sin barbijo y no se toma la temperatura.

NUEVAS COSTUMBRES

El levantamiento de las restricciones dejó una serie de costumbres en Comodoro Rivadavia. La primera es el uso de barbijo. Pese a que ya no es obligatorio utilizarlo, los ciudadanos no suelen subir al colectivo sin su mascarilla colocada. Es un acuerdo tácito donde quien lo rompe, es castigado con la mirada de todos los usuarios.

Otros de los espacios, donde el barbijo continúa siendo una prioridad, son los centros de atención a los adultos mayores. Hasta los más “relajados” suelen colocarse el tapabocas para proteger a los más grandes.

El alcohol en gel también llegó para quedarse. Los locales han tomado la decisión de seguir ofreciendo el producto al ingresar. Es verdad que ya no hay una persona colocando alcohol en gel en la puerta, pero el frasco está a disposición de todo aquel que desea sanitizarse.

La distancia de dos metros es otra de las acciones que persiguen en Comodoro. Si bien no existen filas afuera de los locales, las personas respetan el lugar de cada uno para comprar o realizar trámites.

La vida en Comodoro casi es la misma antes de la pandemia, pero con nuevas costumbres que parecen no querer despedirse.

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