Son algo más de 130 y, si bien la provincia se hace cargo de los salarios equiparados con la escala más baja de un empleado municipal, ya es frecuente que las tramitaciones burocráticas en Río Gallegos motiven que la acreditación mensual en las cuentas bancarias se demore.
Por ello, este viernes un grupo de integrantes de la Fundación volvió protestar frente al edificio central de la comuna reclamando los salarios del mes de julio ya que se superó el quinto día hábil para su cancelación, aunque no fueron recibidos por ningún funcionario.
No todo se limita a ese punto sino que también piden que se reactiven sectores laborales en los que se desempañaban hace varios años, como ser la planta de tratamiento de residuos domiciliarios y las instalaciones emplazadas en Cañadón Seco, donde funcionaba una fábrica de bloques y ladrillos que se utilizan en pavimentos intertrabados, además de un vivero.
Por si esto fuera poco, los voceros de los manifestantes denunciaron que en ese mismo sector había dos lavadoras (foto) y una secadora industrial que misteriosamente desaparecieron al igual que un zamping.
Dicen que hicieron las consultas a funcionarios municipales y que estos aseguran desconocer el destino de ese equipamiento sumamente costoso.