La explosión y el hallazgo del segundo artefacto se produjeron mientras la ciudad se prepara para celebrar la Asamblea General de las Naciones Unidas, a la que asistirán jefes de Estado y de Gobierno de decenas de países.
Según informaron distintos medios, entre ellos la agencia internacional de noticias EFE, el nuevo hallazgo se produjo entre las calles 27 y la Séptima Avenida, en el centro de Manhattan y, según fuentes policiales, parece una olla a presión de cuya parte central sale un cableado oscuro.
Las cadenas televisivas estadounidenses mostraron imágenes de la olla, cuyos cables están conectados con cinta adhesiva de color plata.
De todos modos, por el momento no informaron de lo que contiene el interior de este recipiente, aunque la policía neoyorquina avisó a los residentes para que no se acerquen a las ventanas de sus casas mientras se aclara el hecho.
Este segundo hallazgo tuvo lugar apenas unas horas después de que se produjera un explosión en una zona cercana, que causó al menos 29 heridos, de los cuales al menos uno se encuentra en grave estado.
El artefacto, de gran potencia, estalló en un área de la ciudad muy frecuentada y a una hora en la que los vecinos de Nueva York salen a las calles para disfrutar de la noche del sábado.
Las autoridades no dieron detalles sobre el dispositivo utilizado, que estaba colocado dentro o al lado de un recipiente de basura, pero, según el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, se trata de un "acto deliberado" y un "incidente muy grave".
El alcalde y las autoridades que lo acompañaban descartaron totalmente la posibilidad de una explosión de gas, aunque indicó también que "no hay evidencias de una conexión terrorista".
"No hay una amenaza específica contra Nueva York por parte de alguna organización terrorista", recalcó.
Como todos los años para estas fechas, la ciudad cuenta con especiales medidas de seguridad porque desde hoy comenzarán a llegar unos 90 gobernantes, así como vicepresidentes, ministros y otros altos funcionarios, para participar en actos de la ONU.
Mañana lunes se celebrará una cumbre de refugiados y al día siguiente se abrirá el debate de alto nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas, una serie de actividades que suelen sacar de quicio a los neoyorquinos por el corte de las calles próximas a la ONU, el tráfico colapsado en muchos lugares por los desplazamientos de los mandatarios y las especiales medidas de seguridad.
Preguntado De Blasio si la explosión de anoche pueda ser una amenaza a estos actos de la ONU, el alcalde respondió "es muy pronto para saberlo".