Estos niveles registrados en el primer semestre del año estuvieron incluso por sobre los del segundo semestre del año pasado, cuando el nivel de pobreza alcanzaba a 32% de las personas y el de la indigencia a 6,7%.
Con una población estimada en 45 millones de habitantes, la pobreza estaría afectando a 15,9 millones, entre los cuales se encuentran 3,4 millones de
indigentes.
El Indec mide la pobreza a partir de la posibilidad que tiene una persona o un núcleo familiar de adquirir la cantidad mínima de alimentos, indumentaria y servicios que integran la Canasta Básica Total (CBT)
Esta Canasta, para una pareja con dos hijos de 6 y 8 años, alcanzó a junio del año pasado a $31.148,41 58,3% más que en igual mes de 2018.
En cuanto a la indigencia, se fija por la cantidad mínima de comida que requiere una persona o una familia para subsistir, y que a junio pasado estaba en $12.409,72 con un aumento de 53,5% interanual.
En tanto, el Índice de Salarios, sean éstos registrados o no, indicativo del poder de compra de los trabajadores para adquirir esa Canasta, aumentó 36,4% interanual.
LAS POLITICAS
DE MACRI
Este incremento en el índice de Pobreza e Indigencia se dio en el contexto de un año en el que la economía cayó 2,5%, la desocupación subió a 10,6% desde el 9,1% y la inflación alcanzó a 55,8%, según los datos del propio Indec. Entre los menores de 14 años el índice de pobreza trepó al 52,6 por ciento. La comparación frente al primer semestre del año pasado arroja una suba del índice de 8,1 puntos porcentuales, equivalentes a casi 4 millones de personas.
Se trata del máximo valor desde que asumió Mauricio Macri en diciembre de 2015.
Semejante deterioro de la situación social se explica por la destrucción del poder adquisitivo del salario y de otros ingresos, junto a la crisis generalizada del mercado de trabajo, con reducción de horas trabajadas y aumento del desempleo. En el segundo semestre, con la nueva devaluación, la pobreza seguirá en ascenso, estiman especialistas.
Este cuadro es el saldo de una política económica que desde el día uno apuntó a recomponer la rentabilidad empresaria mediante la baja del salario y al ingreso de capitales externos, que derivó luego en el incremento de la deuda y el ajuste como único salvataje.
En niños y niñas de hasta los 14 años, la pobreza alcanza el 52,6 por ciento. O sea que en esa franja hay más personas en condición de pobreza que no pobres.
La indigencia en chicos y chicas alcanza al 13,1 por ciento. El distrito con mayor porcentaje de personas por debajo de la línea de la pobreza es Concordia, con el 52,9 por ciento, seguido de Gran Resistencia (46,9 por ciento), Santiago del Estero-La Banda (44,8) y Salta (41,8).
Con una población estimada en 45 millones de habitantes, la pobreza estaría afectando a 15,9 millones, entre los cuales se encuentran 3,4 millones de
indigentes.
En tanto, el Índice de Salarios, sean éstos registrados o no, indicativo del poder de compra de los trabajadores para adquirir esa Canasta, aumentó 36,4% interanual.
Entre las ciudades con mayor nivel de pobreza se encontraron Concordia, con 52,9%; Resistencia, 46,9%; Santiago del Estero, 44,8%; Salta y Corrientes, 41%; Formosa, Tucumán y Catamarca, 40%; y Posadas y el Gran Buenos Aires, 39,8%, entre otras.
Este nivel de pobreza de 35,4% es la más alto del gobierno del Presidente Mauricio Macri, quien asumió a fines de 2015 con una pobreza de 29%, según las mediciones alternativas, como la que hacía la Universidad Católica Argentina.
Antes de que se dieran a conocer las cifras, el mandatario había adelantado que “en unas horas, el Indec va a dar a conocer el último índice de pobreza que, lamentablemente, va a reflejar la difícil situación por la que atravesamos”.
Después se dispuso a encabezar un nuevo acto de su gira despedida “Sí se puede”, esta vez en la localidad bonaerense de Junín.