La aparición de restos de un secuestrado por paramilitares conmociona a Paraguay

La aparición de los restos de un agricultor menonita que había sido secuestrado en 2015 por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) generó escenas de tristeza en esa comunidad religiosa, cuestionamientos a las fuerzas militares, que ratificaron su compromiso de lucha contra la organización, y hasta declaraciones cruzadas de campaña entre los candidatos.

El mayor golpe lo recibió, claro, la comunidad menonita, tras la confirmación de que los restos encontrados en una fosa son los de Abraham Fehr, secuestrado hace dos años y medio por el EPP, datos que ratificó el equipo forense de la Fiscalía.

Los restos de Fehr, muerto en principio por causas naturales, fueron hallados en una estancia del departamento de San Pedro, a partir de los datos que estaban en panfletos del EPP incautados en una estancia.

Fehr tenía 36 años en agosto de 2015, cuando fue secuestrado en la colonia menonita de Manitoba. Estaba casado y tenía cuatro hijos. Jamás se recibió una prueba de vida desde que fue secuestrado. Su familia fue estafada por delincuentes que se hicieron pasar como integrantes de la guerrilla y cobraron una cantidad de dinero como presunto rescate.

El médico forense Pablo Lemir descartó que la muerte se produjera por arma de fuego, herida de arma blanca, tortura o cualquier otro tipo de violencia, y el senador oficialista Arnoldo Weins, que acompañó a la familia en este tiempo, dijo a la agencia EFE que la muerte fue por causas naturales y al poco de producirse el secuestro.

El EPP mantiene a secuestrados a otros dos menonitas, Franz Hiebert, de 32 años, y Bernard Blatz, de 22, atrapados en dos hechos distintos en el mismo departamento de San Pedro.

La liberación de ambos se esperaba para esta Navidad, después de que sus familias repartieran toneladas de víveres en varias comunidades pobres, una de las exigencias de la guerrilla para su puesta en libertad.

Hiebert, de origen mexicano, desapareció a finales de agosto cuando estaba trabajando con un tractor y fue llevado por seis desconocidos.

Blatz desapareció a comienzos de octubre después de que tres desconocidos dispararan con fusiles a la camioneta en la que viajaba y se lo llevarán.

Las autoridades consideran a esos menonitas “desaparecidos por privación ilegítima de libertad”, porque para que el caso sea considerado secuestro es necesario que exista alguna reivindicación o un pedido de rescate, lo que el EPP no hizo de forma pública.

En febrero de 2017, el EPP sí liberó al menonita Franz Wiebe, que cumplió 18 años durante su secuestro, en julio del año anterior en Río Verde, otra de las colonias de esa comunidad religiosa en el norte de Paraguay. Su familia había repartido alimentos en varias comunidades campesinas.

Otro cautivo del EPP, desde julio de 2014, es el suboficial de la Policía Edelio Morínigo, de quien no se tienen noticias de su paradero.

En el norte de Paraguay se encuentra también secuestrado el ganadero Félix Urbieta, aparentemente un grupo escindido del EPP que se hace llamar “Ejército del Mariscal López”.

Los restos de Fehr llegaron ayer a San Pedro, en medio de centenares de personas con remeras y banderas blancas. Serán inhumados mañana.

“Situaciones como éstas deben encontrar una sociedad unida que condene a los que utilicen la violencia para atentar contra la paz de la República y contra el bienestar de cada una de las personas que conforman nuestro bendecido país”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente Horacio Cartes.

Mientras, en lo que pareció una réplica a las críticas por su accionar, las Fuerzas Militares emitieron un comunicado en el que señalaron que mantendrán al máximo las capacidades del personal desplegado para “detener el accionar de estos vándalos que asesinan compatriotas trabajadores para la obtención de sus fines perversos”.

“Que la ciudadanía tenga por seguro que bajo el lema de vencer o morir, las Fuerzas Militares desplegadas en el Norte no descansarán antes de detener hasta el último asesino componente de esta banda terrorista”, finaliza el texto.

La cuestión se coló también en la campaña de cara a las elecciones de abril. El candidato presidencial colorado, el senador Mario Abdo Benítez, condenó “enérgicamente el cobarde asesinato” y expresó su compromiso “personal en la lucha frontal a este grupo de criminales para que ninguna familia tenga que pasar por esto de nuevo”.

Desde el Frente Guasú (FG), en tanto, el senador Hugo Ritcher advirtió que el Ejecutivo “sigue exponiendo la vida de personas inocentes” y lamentó que el gobierno haya perdido “el control político del territorio”.

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