La misión estará en Buenos Aires la semana próxima. En lo formal vienen para participar a una reunión del G-20. Pero el viaje -en realidad- será aprovechado para consolidar el apoyo del Fondo Monetario al gobierno de Macri.
Estarán sólo 48 horas. El fin de semana del 21 y 22 de julio. El equipo de tecnócratas se reunirá con el dúo de funcionarios que manejan los hilos de la economía: Nicolás Dujovne y Luis Caputo.
Los funcionarios del FMI también quieren conocer los detalles de cómo la Argentina instrumentará el drástico recorte fiscal que el propio ministro de Hacienda ha calculado en $300.000 millones.
Pretenden, además, tomar -en forma reservada- contacto con referentes claves de la oposición. Concretamente, apuntan a explorar la viabilidad política efectiva que puede tener el apoyo del peronismo al plan de ajuste de Macri.
Clarín confirmó que ya hubo tratativas informales desde Washington. Los referentes peronistas enviaron este mensaje: pueden acompañar la aprobación del Presupuesto, como pretende el Gobierno, pero no compartir el costo político.
La Casa Rosada pretende que Lagarde dé un nuevo espaldarazo y fortalezca la posición del Presidente para negociar con los gobernadores. Los encuentros privados se negociarán la semana próxima.
En Washington no dudan del cumplimiento técnico del acuerdo, pero en cambio acumulan unos cuantos interrogantes sobre la gobernabilidad de la Casa Rosada. Justamente, las incertidumbres de los inversores fueron un punto central en la gira y las conversaciones de Dujovne en Manhattan.
En medio de dudas y rumores diversos sobre los futuros pasos de la Casa Rosada, allí se instaló la impresión de que vienen más cambios en el Gobierno. Las conjeturas alcanzan a quienes han sido, al fin, corresponsables de la crisis cambiaria: el dúo formado por Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, ambos colaboradores del jefe de Gabinete.
Entre los fondos de inversión también existe incertidumbre sobre la capacidad del Gobierno en llevar adelante la gestión. Obedece a la “mala praxis” que para Wall Street derivó en la escalada del dólar. Entre los inversores existe una duda crucial: quieren saber si la instrumentación del ajuste terminará complicando el proyecto de reelección de Macri .
Los banqueros internacionales dicen que el Presidente enfrenta un dilema difícil de resolver para el 2019. Esto es que, por un lado si hace lo que le pide el FMI, puede perder el apoyo popular para ganar las elecciones. Y, por el otro, si no cumple con el FMI, puede venir otra crisis que lo condene a perder la reelección.