La ex-aspirante a policía que denunció que fue violada sigue reclamando justicia

Marisol Ramírez, quien denunció que fue víctima de abusos sexuales por parte de un superior en el Centro de Instrucción Policial de Comodoro Rivadavia, intentó suicidarse y se encuentra internada en el Hospital Regional con asistencia psicológica. "No puedo vivir más con este dolor", relata en un video que grabó luego de atentar contra su vida y en el que asegura que nunca obtuvo respuestas de la Justicia ni de la propia Policía del Chubut.

“No puedo vivir más con este dolor”, confiesa Marisol Ramírez (29) en un video que grabó luego de haberse provocado lesiones para intentar terminar con su vida. En ese video -publicado en su cuenta de Instagram- señala que lejos de obtener respuestas de la Justicia, se vio inmersa en un callejón sin salida y que trató de suicidarse.

Denuncia que no recibió ayuda y responsabiliza a la cúpula encabezada por el comisario Miguel Gómez, jefe de la Policía del Chubut, de encubrir al sargento Adrián Carranza, a quien denunció públicamente de haber abusado sexualmente de ella mientras era aspirante a policía.

El caso fue denunciado formalmente en el Ministerio Público Fiscal de Comodoro Rivadavia y la causa se encuentra bajo la órbita del fiscal Martín Cárcamo, responsable de la Agencia de Delitos Sexuales. Mientras tanto, Carranza y otro suboficial denunciado por Ramírez continúan cumpliendo funciones sin ser separados preventivamente de sus cargos por Asuntos Internos de la Policía del Chubut.

Según denunció públicamente Marisol Ramírez, los abusos se produjeron el año pasado durante el curso de instrucción para ingresar a la policía. Relató haber sido abusada en dos oportunidades por su superior y que tuvo que abandonar la fuerza.

Indicó que tras efectuar la denuncia ante la Justicia, se encontró en un comercio con el denunciado quien según sus palabras la amenazó de muerte. Días después le balearon su vivienda. “Tengo mucho miedo por mí y mis hijos”, afirmó.

ABUSO Y HOSTIGAMIENTO

En diálogo con Canal 9, Ramírez detalló que una vez que ingresó al Centro de Instrucción Policial del barrio Mosconi en 2019, “había una instructora mujer, la cual la sacaron no sé por qué. Y quedó como jefe el sargento Adrián Carranza y el cabo (David) Cruz, como consiguiente del grupo de instructores”.

A partir de ese momento, describió que comenzó su tormento cuando “Carranza me empezó a pedir el número de teléfono. Pasaba por al lado mío, me tocaba la mano, después me tocó la cola. Era cosa que vos pasabas por al lado de él y algo te hacía. Le expliqué que tenía pareja, que no podía y desde ahí fueron escalando las cosas”.

Ramírez expresó que una vez mientras ella estaba de guardia “me manoseó completa, y yo estaba con el miedo. El que hizo la fuerza (policial) sabe cómo es el tema; ese miedo al superior y a perder el trabajo; uno tiene que estar callado”.

“Mis compañeras me decían: ´ ¿porque no pedís ayuda? ´”, reveló y dice que se preguntó en aquella oportunidad: “¿A quién iba a pedir ayuda? Aparte son policías, no tenía siquiera llegada al director y la vez que tuve llegada fue por parte del papá de mis hijos que es policía y fue e informó toda la situación”.

Según Ramírez, en ese momento “él dijo que no se iba a volver a repetir e iba a quedar ahí y la idea era arreglar todo dentro del despacho”.

Sin embargo, una vez que ella se encontraba en el baño “él ingreso, me dijo que se había metido por error, me redujo. Esa fue una de las violaciones que tuve” y “después otra violación más en el baño interno. Después de todo esto, continuó, pensé que iba a terminar ahí, pero empezó la persecución con el cabo (David) Cruz”, señaló.

La mujer denunció que después de esas dos violaciones “siguió la persecución, eran castigos dobles. Para mí eran todos los castigos que hay en la fuerza; el que estuvo sabe. Es más, ellos amenazaban a mis compañeros con que el que se acercara a mí iba a tener castigos; la idea era que no hablara con nadie”.

“Aguanté todo este tipo de abuso por mis dos hijos porque quería seguir la carrera”, manifestó.

Ya este año, cuando había abandonado el Centro de Instrucción y efectuado la denuncia ante la Comisaría de la Mujer, explicó que se cruzó en un supermercado con el denunciado. “Creo que hay cámaras, si lo buscan deben estar los registros, donde me dice que me va a matar y amaga. Justo estaba el papá de los chicos, bajamos a comprar materiales y lo vio. Bajó la cabeza y como si nada, siguió”.

Ramírez explicó que desde aquella oportunidad solicitó una medida de prohibición de acercamiento y que el domingo 29 de marzo –en plena cuarentena- su casa fue baleada. “Entre las 3 o 4 de la mañana se escucharon los impactos (de bala) y mi nene que tiene 9 años me dice: `mamá estamos en guerra´ y no sabía qué contestarle. Justo después de la orden de restricción me vienen y me hacen eso”.

Sobre el final de la entrevista, aseguró: “tengo mucho miedo por mí y mis hijos. No quiero que me pase como a Fátima Acevedo (una joven asesinada en Paraná) que la tenían a las vueltas y apareció muerta. Yo no quiero ser una más”.

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