“Soy un buen hijo, un buen hermano. Nunca le haría daño a nadie. Soy inocente”, fueron las palabras de Sebastián Villa ante la jueza, Claudia Dávalos. El colombiano llegó este martes a los tribunales de Lomas de Zamora, lugar donde se lleva adelante el juicio en su contra acusado por violencia de género contra su expareja Daniela Cortés, vestido con un buzo negro, acompañado por su representante Rodrigo Sebastián Riep y su abogado Martín Apolo.
Por otra parte, el colombiano reaccionó de una manera particular durante la declaración de la denunciante cuando lo hizo de manera virtual. La actitud del jugador de Boca fue mirar siempre para otro lado y no hacia la pantalla donde se encontraba Cortés.
El hecho denunciado por Cortés data de abril de 2020 y habría tenido lugar en la localidad bonaerense de Canning. Ahora, se espera que la jueza Claudia Dávalos, quien está a cargo del Juzgado Correccional número 2 de Lomas, dicte el veredicto el próximo 2 de junio a las 13.
Cabe destacar que a Villa se lo investiga por lesiones leves agravadas por el vínculo, violencia de género y amenazas coactivas. Es por eso que el jugador se ausentará a los entrenamientos del Xeneize.
Martín Apolo, abogado de Villa, dijo en el Juzgado Correccional 2 de Lomas de Zamora que su cliente “no es un hombre violento” y lo argumentó con la siguiente frase: “tuvo pocas expulsiones como jugador”. “Los violentos son los rivales que lo golpean en la cancha”, agregó, según detalló el periodista Sergio Farella de TN.
Además, el letrado del colombiano pidió la absolución del futbolista. Sostuvo que nunca existieron amenazas de Villa hacia Daniela Cortés, su expareja. “Al contrario: ella dijo que le iba a arruinar la carrera y se la está arruinando”, reveló.
También, aseguró que la denunciante recurrió a la Justicia “cuando él le cortó los víveres”. Habló de dinero para una operación, de un vuelo en un jet privado a Medellín y de 150 mil dólares que ella le habría pedido a su entonces pareja.
Por otra parte, el fiscal del juicio, Sergio Anauati, pidió dos años y tres meses de prisión por las agresiones.