La odisea de viajar en micros que "zafan" de revisiones mecánicas

La Comisión Nacional de Regulación del Transporte se jacta de estar realizando durante esta temporada estival numerosos operativos de control de micros de larga distancia, que incluye el estado de las unidades y la verificación de horas de descanso de los choferes, en prevención de accidentes, al margen de constatar, en teoría, que se brinde un buen servicio. Sin embargo, algunas empresas no cumplen con esas elementales normativas o por alguna razón parece ser que no son controladas por el citado organismo nacional que depende del Ministerio de Transporte.

Caleta Olivia (agencia)

La falta de controles por parte de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte es lo que parecería ocurrir con Central Argentino. Esto se desprende de la ingrata experiencia que le tocó vivir a un periodista de El Patagónico que el fin de semana viajó a la unidad N° 8112 que cubría el trayecto Rosario-Caleta Olivia. La abordó en la localidad santafecina de Venado Tuerto hasta Comodoro Rivadavia, a donde arribó a duras penas.

La queja no está direccionada a la única y pésima vianda que se sirvió en más de 29 horas de viaje o a la falta de un servicio de cafetería, a pesar de haber pagado unos 2.200 pesos de pasaje, sino a cuestiones que reflejan el desinterés que tiene esta empresa para con sus pasajeros.

A modo de ejemplo, el agua del baño solo duró pocas horas y además había desaparecido la cortina que debe cubrir ese sanitario con el sector de butacas de la planta baja.

Por si esto fuera poco, la unidad registraba pérdida de aceite por alguna manguera de motor ya que “los mecánicos se olvidaron de ajustarla” comentó uno de choferes que intentó repararla.

CUBIERTAS RECAPADAS

Eso no fue nada en comparación al reventón de una rueda trasera recapada a poco de partir de Trelew sin que nadie verificara que se utilice rodamiento nuevo debido a las altas temperaturas que se registran para esta época del año.

Otro de los conductores dijo a este diario que solo se exige que sean nuevos los neumáticos delanteros y además admitió que el micro no llevaba ni siquiera un crique para poder realizar el recambio.

Luego de avanzar a marcha lenta por casi cien kilómetros, detenciones esporádicas mediante para ver si “aguantaban” otros neumáticos, el micro paró en estación de servicio de Garayalde.

En ese lugar, por ser sábado, no funcionaba la gomería por lo cual los choferes tuvieron que apelar a la buena voluntad de dos camioneros que les facilitaron un crique y las herramientas necesarias. Incluso ayudaron a cambiar la rueda destrozada para que el 8112 pudiera completar el tortuoso viaje.

El único alivio fue que este percance se produjo en horas diurnas ya que de haber ocurrido de noche, los problemas se hubieran cuantificado.

Puede pensarse que fue un hecho aislado, pero las probabilidades que se repitan con otro micro de esa empresa son elevadas. No en vano el año pasado y para esta misma época, el mismo cronista que redacta este informe viajó en otra unidad de Central Argentino que reventó dos cubiertas en la terminal de Las Grutas.

Es que, como estaba trabada la caja de cambios, el micro no podía dar marcha atrás y por ello el chofer decidió forzarlo a pasar por encima de las divisiones de andenes lo que hizo que se rompieran las cubiertas.

Como corolario, vale señalar que en las unidades se observan carteles de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte por los cuales se argumenta que el organismo protege el derecho del usuario por lo cual “si tiene alguna queja llame gratis al 0800-333-0300”, aunque es probable que pocos lo hagan para evitar trámites burocráticos de dudoso seguimiento y a sabiendas que no le devolverán el valor de costosos pasajes.

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