La Portuaria llega a las costas de Comodoro

La banda volvió a reencontrarse luego de 30 años de la grabación del primer disco y este sábado sonará en vivo en Comodoro Rivadavia desde el escenario montado en la Costanera. Música y libros en el universo de La Portuaria.

Diego Frenkel (voz y guitarra), Christian Basso (bajo), Sebastián Schachtel (teclados y acordeón), Axel Krygier (saxo barítono, flauta, trompeta, pandereta y coros), Alejandro Terán (viola), Adi Azicri (guitarra) y Fernando Samalea (batería). Nombres y apellidos muy conocidos en el mundo musical argentino y latinoamericano: son los integrantes de La Portuaria, la banda que volvió a reencontrarse tras 30 años de la grabación de su primer disco y que este sábado 4 se presentará en Comodoro Rivadavia. Será en el escenario montado en la Costanera de la ciudad, en el marco de la Feria del Libro.

El nuevo capítulo de la historia de La Portuaria quedó impreso en “Navegar es preciso”, el recital y disco en vivo del regreso del 2020.

Allí, La Portuaria revisitó las canciones que los convirtieron en referentes ineludibles del rock nacional de los '90. El setlist cuenta con un momento orquestal acústico y otro más jazzi y groveero y recorre principalmente los discos “Escenas de la vida amorosa”, “Devorador de corazones” y “Huija”.

El single adelanto fue “Ella”, una canción que tiene un dejo de la música disco/dance de la modernidad porteña de los ‘80. Se trata de un tema bailable que el grupo supo resignificar en esta nueva versión. La narrativa cita escenas muy de la contemporaneidad: una atmósfera porteña, la llegada sola y nocturna de una mujer que se resguarda en su propia intimidad y la añoranza de un personaje que representa la fantasía juvenil del viaje como libertad.

RECUERDOS DE LA VIDA AMOROSA

“Escenas de la vida amorosa” (1991), el primer disco de La Portuaria, refleja el gran momento que atravesaba la banda. Grabado en los míticos estudios ION, el disco se convirtió en uno de los más aclamados gracias a su primer corte de difusión, que rotó en radios y en las principales canales de TV.

Una tarde de julio, Diego Frenkel recibió la visita de su amigo Ricardo Holcer y salieron a caminar por su nuevo barrio. Aunque era invierno, el viento norte había traído una ola de calor a Buenos Aires.

"Chacarita, con su cementerio, sus talleres mecánicos, sus árboles añosos y veredas incitadoras, tenía una magia especial. No podría llamarlo 'belleza', como la que sí tenía Palermo Viejo, que conservaba la gama arquitectónica porteña de principios del siglo XX. Chacarita, en todo caso, siempre guardó un spleen único, un poco industrial, algo obrero, algo de olor a hierro y chapa y aceite de taller mezclado con barrio de casas bajas y la presencia, sin duda contundente, del cementerio", relata Diego Frenkel.

Atravesaron el Parque Dorrego y luego llegó todo lo demás.

“El bar de la calle Rodney era el limbo -dice Frenkel-. Un hombre de unos 85 años, tierno y simpático, estaba acodado en la barra. A pesar del calor, tomaba su ginebra y tenía puestos un sobretodo beige y una gorra. 'Yo soy Zelaya. Trabajé toda mi vida de actor en el teatro de revistas con Marrone, Tristán y otras estrellas. Miren'. Para probar su identidad, Zelaya sacó del bolsillo su antiguo carnet de la Asociación Argentina de Actores. Para Ricardo, que siempre fue muy afecto a charlar con las personas mayores, esto era un regalo. El, director de actores, admirador de todos los capocómicos del antiguo Buenos Aires, extendió largamente la conversación mientras yo escuchaba gustoso y me adentraba en ese clima onírico que el lugar y la tarde proponían”.

Christian Basso recuerda: “Cuando le mostré a Diego la música de ‘El bar’, lo primero que me dijo fue: ‘yo no toco chop’ (el rasgueo percusivo del reggae). Me cayó bastante mal. Seguramente nos habremos peleado. Al final terminó tocando chop y la canción se ubicó un lugar único. Es un tema raro pero parece normal. Como estar comiendo algo que no sabés lo qué es pero te gusta”.

NO SOLO MUSICA

Diego Frenkel, además de editar su música, también publicó el libro “A través de las canciones”, un recorrido por su vida atravesado por las letras de los temas que creó, un recorrido que arranca en Comodoro Rivadavia, donde residió su mamá.

Fernando Samalea, baterista de Gustavo Cerati o Charly García, entre otros, también publicó libros. En este momento está presentando “Memorias en cámara rápida”, que recoge fotografías de los backstage por los que circuló a lo largo de su carrera.

“Registré las imágenes de este libro entre 1990 y 2010, mientras compartíamos clubes trasnochados, estudios de grabación, camarines y escenarios con Charly García, María Gabriela Epumer, Andrés Calamaro, Hilda Lizarazu, Alejandro Medina, el Zorrito Quintiero, Luis Alberto Spinetta, Daniel Melingo, Willy Crook, el Negro García López, Fabiana Cantilo, Fito Páez y gran parte del mundillo roquero”, escribió Samalea en la contratapa.

“Memorias en cámara rápida” es el complemento visual a la trilogía de memorias del baterista conformada por los ya clásicos “Qué es un long play” (2015), “Mientras otros duermen” (2017) y “Nunca es demasiado” (2019).

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