Un miembro del Ejército Nacional se inclina levemente y dice “disculpe señor, usted no vota en esta escuela”. Los presentes se ríen y uno de los perros, que estaban en la puerta de la Escuela de Nivel Inicial N° 483, comienza a mover la cola alegremente.
La situación se repetía este domingo en las escuelas de la periferia de Comodoro Rivadavia. Los canes se multiplicaban en las puertas: muchos cansados, con la lengua afuera y con muestra de poca paciencia.
Otros, sin embargo, parecía que disfrutaban de la espera y se tiraban a dormir a un costado. No querían interrumpir el proceso electoral.
Los perros llamaban la atención de los más pequeños. Muchos los acariciaban y se reían por sus posturas en las escaleras. Esa posición se modificaba cuando uno de los dueños terminaba de expresar su voluntad frente a las urnas.
“Vamos Baltazar”, fueron las palabras que se escucharon para que uno de los canes se estirara y saliera corriendo junto a su mejor amigo.
Las fotos se multiplicaban y los perros parecían posar. Es que ellos también quisieron ser parte de la fiesta de la democracia.