Ludogonia Juegos Patagónicos, la editorial y tienda de juegos de mesa fundada en Comodoro Rivadavia por Emiliano Gunckel, atraviesa un año consagratorio: obtuvo dos galardones en los Premios Lúdicos Argentinos, una de las distinciones más relevantes del sector a nivel nacional.
El juego “+Sociable”, creado por Fernanda Soto Gallardo y Gunckel, fue reconocido en la categoría Propuesta Lúdica, mientras que “Zombie Flip” —con mecánicas de Christian Bernhardt, ilustraciones de Agustín Huberty y diseño gráfico del propio Gunckel— se impuso en la categoría General.
Los premios coronan casi una década de trabajo sostenido desde la Patagonia, un trayecto que comenzó con juegos educativos sobre flora y fauna regional y que hoy abarca propuestas más amplias, dinámicas y orientadas a públicos diversos.
LUDOGONIA: UNA HISTORIA NACIDA ENTRE ILUSTRACIONES, FERIAS Y PRUEBAS DE JUEGO
Emiliano Gunckel comenzó diseñando juegos mientras trabajaba en su otro proyecto: “Yo ya estaba trabajando en Ripio (revista de historietas comodorenses que desarrolló junto a Santiago Kamberbeek y Agustín Huberty) y en simultáneo venía haciendo juegos de mesa. No era Ludogonia todavía… era Egunckel, que era mi apellido. Arranqué con juegos de memoria, ilustraciones de marcianos, de robots, de cuestiones variadas”.
El proyecto tomó forma cuando decidió cambiar ese nombre inicial por uno más accesible: “Lo cambié porque era medio complicado de pronunciar. Y Ludogonia era más recordable al decirlo”.
Aquellos primeros juegos eran totalmente artesanales: “Al principio eran un par de mazos pegados en una hoja laminada… después ya mutó a una caja. Y así fue evolucionando”.
Gunckel venía del mundo del dibujo. Estudió ilustración en Mar del Plata, y su proyecto final fue justamente un proyecto de 50 imágenes sobre juegos de mesa. Ese interés lo llevó a participar de eventos nacionales —como el Geek Out Fest, y el Encuentro Nacional de Juegos de Mesa— donde descubrió que en Argentina existía un ecosistema de pequeñas editoriales trabajando “a pulmón”.
“Me volvía con la cabeza volada. Veía que hacían juegos de autor íntegramente nacionales”, recuerda. De esas experiencias nació la primera etapa de Ludogonia, centrada en títulos educativos de identidad patagónica: Patago¡Ñam!, Originarios, PatagoMar, Emplumados. Aves de la Patagonia, Especies Marinas, Dinosaurios. Todos elaborados con asesoramiento de especialistas, cuyos nombres figuran en las cajas y reglamentos.
“A la gente le encanta que los juegos traigan folleto educativo, que los trabajemos con especialistas. Eso se valora mucho”. Con el paso de los años, Ludogonia amplió su catálogo hacia juegos no necesariamente educativos: propuestas familiares, con mecánicas de memoria, de maldad (take that), de reacción rápida y, finalmente, títulos de autor como Zombie Flip.
+SOCIABLE: LA PROPUESTA LUDICA QUE CONQUISTO AL JURADO DESDE EL DIALOGO
“¿Qué es lo que hace sociable a una persona?”. Esa pregunta fue el punto de partida para +Sociable, premiado como Mejor Propuesta Lúdica.
Fernanda Soto Gallardo explica el origen del diseño: “Vimos que las personas más sociables recordaban lo que decía el otro, preguntaban, volvían a charlar sobre eso. Dijimos: estaría bueno crear un juego para charlar, para conocer al otro y para sociabilizar, sobre todo para quienes no les es tan fácil”.
El juego propone dos rondas: una para responder preguntas y otra para recordar qué respondió cada persona. Alterna preguntas simples (“¿Cuál es tu sabor de helado favorito?”) con otras más profundas (“¿A qué le tenés miedo?”, “¿Qué te incomoda?”).
“La idea era que sea divertido, no sólo educativo. También que pueda ayudar a personas monotemáticas o tímidas a abrir el diálogo”, señala Soto. La primera etapa de testeo fue con amistades, pero el desafío verdadero llegó en Cultura Jugona, el evento local impulsado por Ludogonia: “Ahí vimos que podía jugarse con mucha más gente. Lo primero que decían era: ‘No creo recordar tantas respuestas’. Y después lo lograban”.
El equipo decidió convertirlo en un juego colaborativo, no competitivo: “Queríamos salir de lo individual. Que como grupo recuerden la mayor cantidad de respuestas posibles”. El título fue lanzado en 2024 y logró la nominación nacional. Gunckel recuerda la sorpresa en vivo: “No me esperaba una doble premiación”.
La distinción impulsó su llegada a tiendas de todo el país: “Los premios ayudan a la difusión y a las ventas. La idea es agregar a futuro el sello ganador en las cajas”.
ZOMBIE FLIP: UNA MECANICA AFILADA Y UNA ESTETICA ARROLLADORA
Si +Sociable nació desde la reflexión social, Zombie Flip nació desde la experimentación estética, la búsqueda de una mecánica potente y el trabajo colectivo. Agustín Huberty cuenta el punto de partida: “Emi sabía que yo dibujaba zombies y me dijo: ‘Quiero que hagas este juego’. Nunca había trabajado en juegos ni en formatos tan pequeños, era un desafío enorme”.
La primera idea del juego era distinta, con ítems y otra lógica. Recién cuando el autor Christian Bernhardt (Fish) presentó una mecánica ya probada —un prototipo original basado en un gecko que se movía comiéndose bichos— todo encajó.
Gunckel lo recuerda así: “Fish me dijo: ‘Tengo un juego que podría interesarle a Ludogonia’. Yo justo quería sacar uno de zombies. Su mecánica podía funcionar cambiando bichos por humanos”.
De ese cruce nació un sistema claro y adictivo: un tablero formado por cartas cuadradas; un zombie que se desplaza siguiendo flechas; y un puntaje que depende de a quién logre “comerse” nuestro zombie.
Versiones en lápiz, primera etapa del dibujo de los personajes de Zombie Flip por Agustín Huberty.
Los primeros zombies de Huberty,
Buscando la pose.
En la 2da etapa se fue delineando lo que sería el zombie final.
Huberty explica el desafío gráfico: “Mi objetivo era que fuera vistoso, atractivo y entendible. Los personajes no podían estar estáticos, todos tenían que estar haciendo algo. Y tenía que verse bien en una carta de 7x7 cm, que es pequeña”.
El proceso incluyó decenas de bocetos, pruebas de color, cambios de iconografía y versiones descartadas: “Antes de que quede ese zombie hice como 25. Cambiábamos la postura, la ropa, la paleta de colores…”.
El juego incorpora guiños a Comodoro, como la catedral ilustrada en la tapa, y detalles de humor interno: “La maestra jardinera es la del jardín de mi hijo”, confiesan entre risas.
El resultado final se testeó tanto físicamente como online. Luego llegó la impresión y, finalmente, el reconocimiento nacional: “No esperábamos doble premiación. Cuando dijeron que Zombie Flip también ganaba… fue tremendo, en el buen sentido”, recuerda Gunckel.
Huberty agrega una dimensión personal: “Me pone muy contento que el juego tuviese mucho recibimiento positivo de lo estético, aunque lo importante siempre es el juego en su totalidad. Incluso hay gente que se quiere tatuar el heladito de cerebro. Es rarísimo, pero increíble”.
NUEVAS EDICIONES, JUEGOS EN LAS ESCUELAS Y UNA COMUNIDAD EN EXPANSION
Tras los premios, Ludogonia planea una nueva edición de Originarios, su primer juego, con estética y mecánicas renovadas: “La idea es reinterpretarlo. Cambiar formato, diseño, pasar todo a cartas. Estamos en pleno trabajo”, explica Huberty.
También seguirán impulsando eventos como Cultura Jugona, donde cientos de personas prueban juegos modernos y editoriales argentinas independientes y de editoriales grandes en el circuito comercial. Huberty destaca que los juegos de Ludogonia han llegado masivamente a las escuelas de Comodoro: “En varias escuelas hay al menos uno. Los docentes los buscan, sobre todo por el contenido educativo y la variedad de propuestas”.
Además, Ludogonia incorpora juegos de otras editoriales del país, especialmente aquellos ligados a ESI, emociones, diversidad y herramientas pedagógicas.
El panorama nacional también cambió: cada vez más gente usa los juegos de mesa para iniciar conversaciones, romper el hielo o fortalecer vínculos: “Hoy es muy común que alguien diga: ‘Che, ¿jugamos un juego?’ cuando se juntan. Eso antes pasaba menos”, coinciden.
Los premios Lúdicos Argentinos confirmaron algo que la comunidad patagónica ya sabía: en Comodoro Rivadavia se está haciendo diseño lúdico del bueno. Y desde un taller sureño, Ludogonia demuestra que los juegos hechos con identidad, humor, dedicación y comunidad pueden conquistar mesas de todo el país.
Cultura Jugona.