El viernes falleció en París uno de los intelectuales más influyentes del campo de la comunicación contemporánea. Se trata de Armand Mattelart, teórico belga radicado en Francia, cuya trayectoria marcó profundamente el pensamiento crítico sobre los medios, la cultura y la globalización.
Nacido en Lieja, Bélgica, el 8 de enero de 1936, Mattelart se formó en Derecho y se especializó en Demografía antes de convertirse en uno de los grandes nombres de la Economía Política de la Comunicación.
Su recorrido partió de Europa hacia América Latina en los años sesenta y, en Chile, encontró el espacio donde su pensamiento alcanzaría madurez.
Durante el gobierno de Salvador Allende, Mattelart se desempeñó como profesor en la Universidad Católica de Valparaíso y participó en un vibrante movimiento intelectual orientado a la crítica de los medios de comunicación de masas.
Fue en ese contexto que, junto a Ariel Dorfman, publicó la obra que lo haría mundialmente reconocido: Para leer al Pato Donald (1971), un análisis magistral sobre las ideologías presentes en las narrativas de la cultura de masas y en el imperialismo cultural.
Con el golpe militar de 1973, Mattelart se vio obligado a dejar Chile. Se estableció en Francia, donde consolidó una notable carrera académica, convirtiéndose en profesor emérito de la Universidad de París VIII (Vincennes–Saint-Denis). Desde allí, su influencia se expandió a todos los rincones del mundo, orientando a generaciones de investigadores en América Latina, Europa y África.
Autor de decenas de obras traducidas a varios idiomas entre ellas La Comunicación-Mundo, Multinacionales de la Comunicación, La Invención de la Comunicación y, junto a Michèle Mattelart, Historia de las Teorías de la Comunicación. Armand dedicó su vida a comprender cómo la circulación global de la información moldea las relaciones de poder y las formas de vida contemporáneas.
En toda su producción, Mattelart defendió una idea central: la comunicación es un campo de disputa política, y comprender sus mecanismos es esencial para cualquier proyecto emancipador. Para él, democratizar la información significaba también democratizar la sociedad misma.