"Oscuro": Seba Blessed entre beats gastados y cicatrices abiertas

Entre la catarsis y la resistencia, el rapero comodorense convierte un año de pérdidas, noches largas y redención en su primer disco solista. Una obra nacida del alma y del asfalto, donde el jazz, el blues y el boom bap se cruzan con una voz que aprendió a sanar escribiendo.

Hay discos que se componen con técnica, y hay discos que se paren con el alma. Oscuro, el debut solista de Seba Blessed, pertenece al segundo grupo: un álbum nacido de la sombra, tallado entre la angustia, la soledad y la esperanza. “Fue un año muy duro, muy oscuro”, confiesa el rapero comodorense. “Este disco fue mi manera de soltar todo eso, de hacer catarsis. Me saqué un peso de encima”, comenta a El Patagónico.

El proyecto comenzó de forma casi accidental, cuando su amigo y productor Paper Beats —con quien ya había trabajado en algunos temas— le propuso grabar un álbum completo. “Empezamos haciendo un par de temas y terminamos con un disco. Laburamos casi un año entero”, recuerda Seba.

De esa experiencia salieron ocho canciones que condensan doce meses de vida intensa, marcados por la pérdida, la incertidumbre y el renacer. “Escribí más de doce temas, pero elegimos los que más nos representaban. Hoy la gente no escucha discos largos, así que preferí que quedaran esos ocho. Los que quedaron afuera quizás formen parte de algo nuevo más adelante”, explica.

Paper Beats no solo fue productor: fue cómplice y espejo. “Él se encargó de todo: beats, mezcla, master, arreglos. Nos entendimos enseguida. Escuchamos la misma música, compartimos las mismas referencias. Todo fue a pulmón, sin plata de por medio, solo con ganas y amor. Lo hicimos como quien planta una semilla”.

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UNA TRAVESIA INTERIOR

El título del disco no fue una pose estética. Es una confesión. “Todo lo que me pasó en ese año está en el disco. Fue un tiempo de separaciones, pérdidas, noches sin dormir, momentos sin comer ni laburo, con la luz cortada, con la cabeza quemada. Pero también fue el año en que entendí que después de la oscuridad siempre llega algo mejor”.

El sonido de Oscuro tiene la textura del vinilo y el alma del soul. Hay beats crudos, samples de gospel y guiños a la vieja escuela del boom bap, esa estética sucia y elegante de los noventa. “Nos basamos en la mística del rap negro, en ese golpe seco, con coros femeninos, con groove y calle. Me influenciaron Tupac, Notorious, y también artistas como Wu-Tang Clan. Algunos temas tienen guitarras, una onda más rockera. Es un disco que mezcla jazz, blues, rap y hasta algo de soul”.

El resultado es un viaje introspectivo y emocional. Entre sus temas favoritos, Seba menciona Ciudad de Dios, “por las violas y la energía que tiene”; Tres copas de más, “un rap muy crudo, muy rapero”; y Volviendo al barrio, una canción escrita tras la muerte de su padre. “Habla de esas noches en las que volvés a casa después de todo, bajás a la realidad, te encontrás con el dolor. Está dedicado a mi viejo”.

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RAPEAR PARA NO ROMPERSE

Seba Blessed aprendió que el rap no solo es música: es una forma de supervivencia.

“Yo escribo con dolor, con el alma rota. Escribo para sanar. Es una terapia impresionante. A veces las letras salen tristes, pero las dejo ahí, y me alivian. Es como ir sacándose la piel de a poco. Capaz no puedo decir ciertas cosas directamente, pero las camuflo en las letras”.

Subirse al escenario es, para él, una ceremonia de liberación. “Me ha pasado de llegar destruido, con fiebre o con problemas personales, y subirme igual. Cuando empiezo a rapear, siento que hay algo más, como si mis ángeles me empujaran. Es una responsabilidad enorme, pero también es mi vida. No me imagino sin música: me levanto escuchando música, cocino con música, duermo con música. Es mi medicina”.

LOS ORIGENES

La historia musical de Seba empezó mucho antes de Oscuro. Tenía entre 16 y 17 años cuando, junto a su sobrino Darío, improvisaba versos arriba de temas de Cypress Hill en la playa. “Ni sabíamos que eso era freestyle. Después descubrimos los beats en internet y empezamos a practicar”.

Con el tiempo, se metió de lleno en la cultura hip hop: graffiti, breakdance, freestyle, MC. En ese camino conoció a Jauriman, fundador de Periferia Records, quien se convirtió en un referente y maestro. “Me abrió las puertas del estudio y aprendí un montón. Ahí grabé mis primeros temas. Estoy muy agradecido”.

Esa evolución, que va del cuaderno adolescente al estudio profesional, se refleja en su presente. “Antes escribía con miedo al qué dirán. Ahora lo que digo lo defiendo a muerte. Siento que mi lírica tiene más peso, más conciencia. Me siento más sólido”.

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MAS LUZ, MAS MUSICA

Aunque Oscuro acaba de salir, Seba Blessed ya piensa en lo que sigue. “Estoy re manija, quiero sacar un disco de reggae-rap. Ya estoy hablando con Paper Beats otra vez, escuchando beats, escribiendo letras. La idea es empezar a grabar en febrero. No quiero parar, porque cuando parás, cuesta volver a arrancar”.

Mientras tanto, planea presentar Oscuro en vivo con una banda. “Estoy gestionando algo piola para tocarlo como se merece. Quiero que la presentación sea una celebración, un renacimiento”.

Antes de despedirse, Seba deja un mensaje que condensa toda su filosofía: “No hay límites. El límite está en la mente. Uno es dueño de su sueño y de su capacidad. Nadie te puede frenar. Sos vos y vos. Hay que darle para adelante”.

Oscuro no es solo un disco: es un testimonio de supervivencia artística y humana. Es la historia de un músico que encontró en la música su salvación, y que eligió iluminar su noche con palabras, beats y verdad.

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