Un preso que se encuentra cumpliendo una pena en la cárcel de Viedma vio frustrado su intento de acceder a la libertad condicional por su nula predisposición a trabajar en las tareas que le asignan los integrantes del Servicio Penitenciario. A diferencia de otros internos, no le interesa desempeñarse en ninguna labor. Frente a esta situación, la fiscalía se pronunció en contra del otorgamiento del beneficio. En la misma forma, opinó uno de los camaristas de General Roca.
La solicitud de la libertad fue impulsada por una defensora pública en favor de un interno de apellido Martínez. El requerimiento se llevó a cabo considerando que el preso cumplió gran parte de la pena impuesta por la justicia federal de la región. Sin embargo, más allá de sus pretensiones, se encontraron con una serie de informes negativos. El Consejo Correccional, sin dudar, emitió una opinión “desfavorable”, indicaron fuentes judiciales.
Entre otros puntos, los representantes del establecimiento de Ejecución Penal 1 de Viedma apoyaron su decisión en los informes elaborados por el Gabinete Técnico Criminológico y el área de Psicología. Resaltaron que está lejos de alcanzar la reinserción social porque no pidió ser incorporado al área de Trabajo ni tampoco mostró ningún interés en sumarse a los talleres de oficios. “Durante su tiempo de detención, no ha participado de actividades que puedan enmarcarse en este ítem”, explicaron desde el área de Educación.
Para el juez roquense que intervino, la actitud del preso choca abiertamente con la posibilidad de que reciba el beneficio de la libertad. Precisó que “no cuenta con un pronóstico de reinserción social que nos permita inferir su voluntad de vivir conforme la ley, mantenerse con el producto de su trabajo, fomentando el respeto de sí mismo y desarrollar su sentido de la responsabilidad”.