Caleta Olivia (agencia)
El caso cobró notoriedad pública a principios de marzo de este año y motivó un generalizado repudio de la comunidad cuando trascendió que J.F.A. (“Vitta”) prostituía a sus hijas en medio de un ambiente de promiscuidad, alcohol, drogas y hombres que visitaban su casa ubicada en el barrio 3 de Febrero.
Estaba detenida desde el 4 de octubre y si bien el viernes se le concedió provisoriamente la libertad, al igual que a un joven involucrado de manera indirecta, no se descarta que por la prosecución de las investigaciones la mujer pueda volver a un calabozo.
Referentes de una ONG local que lidera Ivanna Bunge dijeron sentirse conmocionados por la decisión del magistrado interviniente alegando que la entidad tiene “sobradas pruebas para demostrar que la madre es culpable porque las nenas nos lo han contado”.
UNA HISTORIA DOLOROSA
En tanto, fuentes confiables consultadas por El Patagónico indicaron que el juez Contreras aún no pudo establecer fehacientemente que “Vitta” haya recibido algún tipo de retribución por permitir que algunos hombres abusaran de las pequeñas.
Incluso hasta el momento solo uno de los casos está confirmado porque lo detectaron médicos del Hospital Zonal cuando revisaron a una nena de 4 años que fue llevada por su abuelastra, la misma que responsabilizó del abuso a “Vitta”.
Este medio pudo saber que durante la semana próxima otra niña de 10 años será sometida a Cámara Gesell, la cual podría determinar la identidad del individuo que la sometió y que supuestamente no es el mismo que vejó la nena de 4 años.
Para dar una comprensión global del complicado caso, este diario pudo saber que “Vitta” tiene cuatro hijas producto de la unión con dos parejas distintas y que últimamente vivía con un tercer hombre que, por ahora, no aparece comprometido en las actuaciones judiciales.
El padre de las más pequeñas, de 2 y 4 años (esta última padece un retraso madurativo), se halla detenido por un delito de robo y ahora las nenas se encuentran al cuidado del abuelo paterno y de una abuelastra.
En tanto, nada se sabe del progenitor de las chicas de 8 y 10 años y se espera que esta última revele un dato que seguramente derivará en la identidad del individuo que la abusó y que por los informes obtenidos por este diario seguramente generará una nueva escalada de repudio social.