El concejal plantea que deben reducirse los niveles de proliferación parasitaria, y la medida que propone para ello es "prohibir que los perros sean paseados en espacios tales como parques, plazas, paseos, bulevares y así también en lugares donde resulte desaconsejable por razones higiénicas y sanitarias".
Según el edil, la gran cantidad de perros que se encuentran en sitios públicos sin persona a cargo contribuyen con la emergencia zoonótica, aunque también contribuye al riesgo la falta de responsabilidad de la comunidad en general.
"Es muy alarmante algo que observamos a diario y que refleja el poco compromiso de la gente con la tenencia responsable y es que los propios dueños de canes que los llevan a pasear regularmente no toman las medidas correspondientes para levantar los desechos que dejan sus animales", sostuvo.
Anticipó que su proyecto también prohibirá la instalación de cualquier refugio para animales, de índole transitorio o permanente, en espacios públicos de esta ciudad.
En ese contexto, el Ejecutivo municipal será quien deberá definir a qué zonas de la ciudad podrán llevar a pasear a sus perros los ciudadanos mientras se extienda en el ejido la emergencia zoonótica declarada. Prevé además multas del orden de los $600 para quien incumpla la norma.