San Cayetano no pide velas, sino alimentos

Hoy, 7 de agosto, como todos los años, una multitud saldrá a las calles para pedirle paz, pan y trabajo a San Cayetano, el santo más querido y respetado de la República Argentina. La celebración en su homenaje comenzó el 29 de julio, con las novenas que finalizaron ayer a las 19, y tendrán su punto cúlmine en la clásica movilización por la ciudad.

La crítica situación económica, agravada en los últimos años, motivó que para acompañar la procesión a San Cayetano desde la Parroquia se pidió a los vecinos que cambien la tradicional donación de velas por alimentos no perecederos para los “hermanos que los están necesitando”.

La procesión comenzará a las 14, cuando la extensa columna parta del Liceo Militar Roca –Polonia y Sargento Ramírez- hasta llegar, pasadas las 16, a la Parroquia de San Cayetano, donde tanto a esa hora como a las 22 se celebrará la Santa Misa.

CADA VEZ FALTA

MAS TRABAJO

San Cayetano, el patrono del trabajo, es sin dudas el santo más querido de la Argentina, seguido por millones de fieles que a lo largo de la historia, acudieron para pedir trabajo y luego, en el mejor de los casos, para agradecerlo.

“Es muy significativo, hermoso y grato ver la devoción que se tiene en la Argentina por este santo, que es el que intercede para que la gente tenga pan y trabajo. La gente tiene fe en Dios y le pide y le reza a él, a través de este santo tan bendito y bueno”, explicó ayer el padre Oscar Ramos.

Este año, el lema de la procesión es “Defendiendo la vida, construimos la paz”. El padre remarca que “la vida se defiende en todos los ámbitos y para poder celebrarla hay que tener trabajos con salarios justos y dignos. San Cayetano tiene que ver con todo esto social. El, siendo rico, se preguntaba “¿quién se encarga de los ricos y de los pobres?”. La respuesta fue inmediata, vendió todo lo que tenía para dárselo y acompañar a los pobres. Ese es el ejemplo de vida a seguir para llegar a Jesús”.

COMIDA POR VELAS

En función a la crítica situación que se vive en muchos barrios, reconocida por el padre Oscar, que hace cuatro años está en la Parroquia y día a día nota cómo son cada vez más los vecinos que piden ayuda, la Parroquia decidió reemplazar las tradicionales velas por alimentos no perecederos.

“Estamos muy preocupados y trabajando mucho para ayudar a los hermanos. Al ser creyentes, sabemos que en función del esfuerzo y con el acompañamiento de Dios, vamos a salir de ésta, pero está difícil. Lo que pedimos para esta campaña es que en lugar de velas la gente traiga comida para dársela a quien no tiene”, explicó.

El padre no cae en la desesperanza y reitera que “de esta vamos a salir. Es lo que le decimos a los hermanos. No hay que dejar que la tristeza y el odio nos gane. Por eso, estamos junto a los hermanos a los que le decimos que hay que caminar y que vamos a pilotear la situación”, concluye el religioso, con una definición tan coloquial como genuina.

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