Un menor de edad sufrió un grave accidente tras lanzarse de cabeza desde un puente, incitado por su padre, golpeándose contra el fondo del agua, lo que provocó que quedara inconsciente flotando boca abajo. La rápida acción de un guardavidas evitó una tragedia mayor, aunque el joven sufrió severas heridas.
Gaston Gaona, del Sindicato de Guardavidas, relató lo ocurrido: “El menor se tiró un clavado desde el puente, incitado por el padre. Ingresó de cabeza al agua, golpeó el fondo y quedó desmayado flotando boca abajo. Uno de nuestros colegas se acercó rápidamente con la tabla inflable que usamos para asistir a personas en riesgo, lo cargó y lo sacaron a la costa.”
Según Gaona, las consecuencias pudieron ser mucho peores. “Por lo que nos comentaron, el chico tiene fractura de pómulo derecho y fractura de dos vértebras cervicales. Esto podría haber sido mucho más grave”, señaló en Canal 10 Noticias.
El menor fue trasladado al hospital, donde se le practicó una cirugía para colocarle una placa de titanio en el pómulo derecho, de acuerdo con la información compartida por el sindicato.
Desde el Sindicato de Guardavidas se volvió a insistir en la importancia de respetar las normas de seguridad en los espacios acuáticos y evitar conductas peligrosas, como lanzarse desde lugares no habilitados. “Esto es un llamado de atención para toda la comunidad. Este tipo de imprudencias puede tener consecuencias letales”, concluyó Gaona.
PELIGROSA "TRADICION"
La escena se repite cada verano. A pesar de las advertencias y los esfuerzos de guardavidas, policías y encargados del balneario neuquino, los adolescentes y niños siguen utilizando el puente sobre el río Grande, en el acceso a la Isla 132, como un trampolín improvisado.
Este comportamiento, que ya es habitual durante la temporada estival, pone en peligro sus vidas y genera una preocupación constante entre quienes trabajan para garantizar la seguridad en el balneario Gustavo Fahler.
Mauro Kolep, encargado del balneario durante las mañanas, aseguró que se trata de una problemática recurrente, especialmente los fines de semana. “En esta época, los sábados y domingo, el puente se pone bastante peligroso por este tema. Chicos de 9, 10, 11 años, adolescentes y hasta algún que otro adulto, siempre dando la nota y tirándose en un lugar que está totalmente prohibido”, comentó en diálogo con Canal 7 Noticias.
Según explicó, el principal problema es la falta de conocimiento sobre lo que hay bajo el agua en esa zona. “No sabemos qué hay ahí abajo, puede haber ramas, piedras, y el peligro es ese. Más allá de la caída, el fondo es impredecible. Ya hemos tenido casos de cortaduras graves, pero parece que no toman conciencia”, agregó.
Los guardavidas realizan un esfuerzo constante para prevenir accidentes, pero su capacidad de acción es limitada. Según Kolep, es imposible que puedan dedicarse exclusivamente al control del puente, ya que deben atender otras áreas del río, especialmente donde se concentran familias con niños pequeños. “Más que mirar un puente, nosotros tenemos que estar cuidando todo el río, sobre todas las partes más concurridas. No podemos estar solamente ahí, aunque sabemos que es un problema grave”, explicó.
LMN