Terence Crawford le arrebató los títulos de peso supermediano al mexicano Saúl "Canelo" Alvarez tras vencerlo este sábado en fallo unánime en la pelea por el campeonato unificado.
El estadounidense de 37 años, que tras la victoria ante Alvarez se mantiene invicto con un registro de 42 victorias con 31 nocáuts, venció al mexicano por 116-112, 115-113 y 115-113.
El boxeador norteamericano se consagró como el campeón indiscutible de la categoría al quedarse con los títulos de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Federación Internacional de Boxeo (FIB) y Organización Mundial de Boxeo (OMB) que ostentaba Alvarez.
La victoria convirtió a Crawford en el primer boxeador en proclamarse campeón indiscutible en tres categorías de peso diferentes.
"No estoy aquí por casualidad, Canelo es un gran campeón, tengo que quitarme el sombrero ante él, es un gran competidor y le tengo un gran respeto. Peleó como un campeón", afirmó Crawford, que lloraba tras conocerse su victoria.
A la pregunta de si volvería a pelear, respondió: "No lo sé, tengo que sentarme con mi equipo y hablaremos de ello".
Crawford, excampeón indiscutible de los pesos welter ligero y welter, así como campeón del mundo en cuatro divisiones, subió dos categorías de peso para el combate.
En la pelea, disputada en el Allegiant Stadium de Las Vegas, Nevada, Crawford marcó el ritmo desde el principio con una exhibición mesurada que hizo gala de su increíble velocidad de manos y su preciso juego de pies.
Consciente de la superioridad de su rival, Crawford fue el mejor boxeador durante gran parte del combate y neutralizó con maestría la ofensiva de Alvarez con un traicionero juego de equilibrios.
Mantuvo la distancia mientras entraba y salía del peligro, asestando ráfagas de golpes a su oponente. El asalto de desgaste del boxeador más pequeño puso a Álvarez a contrapié.
El campeón mexicano conectó algunos golpes al cuerpo al principio, pero tras verse superado en el boxeo durante toda la primera parte, tiró la cautela al viento y contraatacó con fuerza bruta en busca del nocáut, que nunca llegó.
Crawford aumentó su confianza, con combinaciones devastadoras y absorbiendo con resistencia cualquier golpe que se colara por su guardia, mejorando su récord a 42-0, con 31 nocáuts, y manteniendo viva su extraordinaria racha de imbatibilidad.