La acción de Federico Romero causó cierto enojo y molestia en no pocos funcionarios municipales y uno de ellos -según sus dichos- se le acercó a principios de esta semana para pedirle explicaciones de por qué hacía eso y aunque no se lo prohibió, se mostró con un trato desapacible.
“Me gustó Caleta Olivia, pienso quedarme y trato de colaborar con su embellecimiento reparando calles porque este es un problema que tienen muchas ciudades, pero quiero dejar en claro que lo que hago no tiene que ver con ninguna campaña política” comentó en el informal diálogo que mantuvo este miércoles con El Patagónico.
Al momento de ser entrevistado, Romero se encontraba cumpliendo con esa tarea en la avenida costanera, tras haber logrado que algunos vecinos le aporten cemento y caballetes para señalizar la zona, en tanto que él busca arena y canto rodado en la playa para preparar la mezcla.
También aseguró que no persigue fines de lucro ya que no cobra por realizar ese trabajo y además se lamentaba que “un lugar tan lindo como esta costanera se encuentre en pésimas condiciones de transitabilidad”.