La violencia contra las mujeres y las niñas no distingue condición social, cultural, ni posición socioeconómica. Las famosas tampoco son la excepción. Celeste Cid utilizó en las últimas horas sus redes sociales para hacer público su caso: un hombre que la acosa desde hace más de 20 años y por el que en la actualidad vive con un botón antipánico y un oficial de policía en su casa.
“Esto es un botón antipánico”, escribió la actriz en Instagram, mostrando su celular y contando una realidad que viven miles de mujeres en nuestro país. Allí contó que el hostigamiento de este individuo comenzó cuando estaba dando sus primeros pasos en la televisión y aún era menor de edad. “Cuando tenía 15 años empecé a recibir regalos de una persona en mi lugar de trabajo: cajas con fotos mías recortadas de revistas junto a decenas de preservativos usados, y cartas, muchas cartas”, recordó.
“El tiempo pasó y las redes sociales volvieron a traer a esta persona, quien no sólo no paraba de escribirme a mí por cuanta vía encontrara, sino que además lo hacía con mi familia, mis amigxs, conocidxs y compañerxs de trabajo. Ante los bloqueos a los que tuvimos que recurrir -a las reiteradas cuentas que esta persona seguía abriendo-, empezó a cambiar el volumen y cada vez fue más fuerte el hostigamiento y las amenazas”, aseveró Celeste.
“Este es el segundo botón antipánico que tengo, debido a que esta persona se presentó en la Feria del Libro de Uruguay (donde estuve hace casi 2 meses), y al estar fuera de Argentina (en donde tiene una perimetral y no puede acercarse) tuvo la lucidez de sí hacerlo allí, donde la perimetral no tiene alcance. Por suerte la policía pudo reconocerlo y frenarlo antes de que llegue a la sala en donde me encontraba presentando mi libro”, detalló, sobre el último episodio que vivió con su acosador.
“Estamos a la espera de que un juez vea la gravedad del comportamiento sistémico que esta persona mantiene por más de 20 años. Hoy, ya me genera miedo. No puedo desoír sus amenazas”, se lamentó, pidiendo la acción de la Justicia en un caso que la superó. “Tuve que hacer reiteradas veces esta denuncia y si bien mi caso es menor comparado a la realidad que viven tantas mujeres, les puedo asegurar que contar una y otra vez la misma historia a través del tiempo es, en primer lugar, muy angustiante y te hace sentir mucha impotencia y, dos, te dan ganas de dejar todo así, y no seguir reviviendo la historia”, expresó, con malestar.
“Ayer pensaba: ¿por qué termino yo con la sensación de ser la que está ‘encerrada’, con un botón antipánico y un policía en la puerta de mi casa cuidándome de las amenazas? ¿No debería ser al revés, yo caminando tranquila por la calle, yendo y viniendo, y él recibiendo el tratamiento adecuado?”, continuó la protagonista de Las Estrellas y Planners.
Hacia el final, reflexionó sobre su caso como reflejo del que padecen muchas mujeres y del rol del Estado. “Me queda esta sensación, la de un sistema que con sus leyes y tiempos sigue poniendo a las mujeres en una zona de encierro, y a las personas que necesitan sostén en salud mental en una zona de abandono”, expresó. “Gracias a la Fiscalía que me acompañó desde el momento cero, brindándome su atención, y a la Dra Melisa García por estar acompañándome”, concluyó.