Cerró una escuela de gastronomía porque no le renovaron el contrato de alquiler

Alrededor de 140 alumnos de la sede Caleta Olivia del Instituto Gastronómico de las Américas (IGA) que venía funcionando en el edificio de la Cámara de Comercio ya dejaron de concurrir a las clases teóricas y prácticas que se dictaban en edificio de la Cámara de Industria y Comercio.

La comisión directiva de esa entidad decidió no extender el contrato de alquiler de tres años que vence el 31 de marzo, argumentando que necesita utilizar el amplio salón de la planta alta para numerosos eventos programados para este año.

Esto fue lo que comentó a El Patagónico la empresaria y directora de la escuela, Marisol Godoy. Señaló además que la Cámara solo accede a continuar alquilándole la planta baja donde se encuentran las cocinas, pero ello no es suficiente porque allí no hay baños ni tampoco se dispone de un espacio para la oficina de administración ni tampoco para el dictado de clases teóricas.

Además, resaltó, se ve obligada a suspender la franquicia de la universidad privada Blas Pascal, para la cual se utilizaba el salón.

Godoy dijo que había solicitado la prórroga del alquiler por algunos meses, hasta tanto ella pudiera finalizar la construcción de una sede propia, pero la dirigencia de la Cámara se niega terminantemente.

Por otra parte, consideró necesario aclarar públicamente su situación a fin de contrarrestar comentarios malintencionados que comenzaron a circular en la comunidad.

En ese sentido, afirmó que siempre estuvo al día con el pago del alquiler, incluso cuando por muchos meses del año 2020 la institución tuvo que permanecer cerrada obligatoriamente debido a la pandemia del coronavirus.

Resaltó también que tuvo que realizar una costosa inversión al colocar piso flotante de madera, renovar la red eléctrica y pintar las paredes. A ello le sumó el hecho que, en estos tres años, ese lugar fue facilitado para eventos de importancia que organizara la Cámara y el municipio.

Finalmente, respecto a los alumnos, indicó que algunos se ven obligados a continuar sus estudios en el IGA de Comodoro Rivadavia que responde a otra franquicia y ello les representa costosos gastos de traslado, en tanto que a otros se les fue devolviendo el pago de las inscripciones de este año.

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