La primera jornada de la visita oficial de los técnicos del FMI en Buenos Aires para el reingreso del país en las inspecciones del "artículo IV", dejó prácticamente en claro cómo serán las conclusiones generales que en noviembre se conocerán en Washington sobre la situación del país. La misión que encabeza el italiano Roberto Cardarelli y a la que se sumará el próximo 28 el director para el Hemisferio Occidental, el mexicano de origen argentino Alejandro Werner; será "positiva, con críticas". Así lo definieron casi en conjunto el propio Cardarelli con alguno de los funcionarios y representantes del sector privado que se encontraron ayer en Buenos Aires. Se sabe que se ponderarán las reformas estructurales que está encarando el Gobierno, especialmente la salida del cepo y el pago a los acreedores y fondos buitre. Dentro de las críticas, el Gobierno está preparado a que se mencione la aún alta inflación y el déficit fiscal. El temor principal, es que además haya mención a algún tipo de "atraso cambiario". Un dato quedó claro: la redacción final del informe sobre la Argentina, que se conocerá en noviembre, será revisado "personalmente por la directora gerente Christine Lagarde".
Lo primero que quedó firme por ambas partes es que no es el momento de hablar de eventuales créditos del FMI al país. Se coincidió en que no sólo políticamente no puede hoy el Gobierno plantear a la sociedad un nuevo endeudamiento con el Fondo; sino que el propio organismo pondría trabas para la liberación de dinero a una tasa de interés al 3%. Las cifras de déficit comercial y fiscal no ayudan.
Tampoco es necesario en esta etapa, coinciden las partes; mencionando que entre los socios del Fondo, el 80% tiene misiones vinculadas al "artículo IV" mientras que el 20% restante tiene préstamos activos con el organismo.
Quedó flotando en alguna de las conversaciones que mantuvieron los visitantes, en que la posibilidad de hablar de créditos del Fondo podría reflotarse, tibiamente, en 2018, siempre y cuando un año antes Mauricio Macri obtenga un resultado positivo en las elecciones legislativas del año próximo.
El visitante aclaró en cada oportunidad que tuvo el lunes, que el objetivo de la misión no es "ni fiscalizar ni auditar" sino elaborar un informe sobre "diagnóstico y recomendaciones de política económica". Dijo además que el Fondo viene "de muy buena fe y sin buscar controversias, sino para hablar de cooperación mutua".
CON DATOS
DEL INDEC
Se sabe ya que elogiarán los visitantes en el informe que elevarán a la dirección general. Para el FMI, será muy positiva la decisión de cambiar radicalmente las mediciones del INDEC y la manera en que ahora el país mide variables como el crecimiento, inflación, balanza comercial, etc. De hecho, Werner ya confirmó que los datos del INDEC serán incluidos como "oficiales y sin críticas" en el próximo informe sobre el país que se incluirá en el manual "World Economic Outlook" que se entregará en la reunión anual conjunta del organismo y el Banco Mundial entre el 7 y el 9 de octubre en Washington.
Entre las críticas que se esperan recibir, ya se sabe que los visitantes no estarán de acuerdo con el nivel de déficit fiscal que mantiene el país; y hablarán de la necesidad de no superar el 3% (en lugar del 7% esperado para este año y el 4,5% presupuestado para el año próximo). La Argentina prometerá llegar a ese nivel antes de 2019. También se descarta que el FMI critique el nivel de inflación anual, y que mencione la necesidad de llegar a un dígito "en línea con los países de la región". La promesa será también que para el último año de gestión de Mauricio Macri la meta será cumplida.