El tribunal del juicio está integrado por los jueces Darío Arguiano, Ana Servent y Sergio Piñeda. La fiscal general, Mirta Moreno, recordó que esa fatídica tarde eran las 17:30 cuando los hombres cazaban guanacos en la zona de “El sombrerito”, situada a unos cinco kilómetros al norte de Playa Unión.
Uno de los disparos dio en la zona occipital de la víctima cuando se encontraba junto a un grupo de amigos y le causó la muerte casi en el acto. Para la acusadora pública, los cazadores realizaban esa actividad en una zona “prohibida”.
En tanto el abogado querellante, Carlos Villada, afirmó que se trató de un delito en el que los imputados “conociendo la capacidad del arma usada y sus consecuencias mortales, conscientes de la prohibición de cazar en esa zona, tuvieron ambos el dominio integral del hecho, el desarrollo de las acciones, la intención, el discernimiento, la voluntad y la libertad para ejecutarlo”.
La fiscal Moreno agregó que los imputados “se fugaron del lugar” en una camioneta y el querellante sostuvo que “fue un homicidio doloso, tuvieron un plan, aceptaron las consecuencias y el desprecio por ellas”.
Por su parte el abogado comodorense Francisco Romero, que asiste a Eduardo Naya, señaló que la muerte del adolescente “no se pudo prever, fue producto del azar, absolutamente imprevisible”. En tanto el otro abogado defensor, Gustavo Latorre, adelantó que la Fiscalía ni la querella “podrán probar y mantener el hecho con el grado de certeza que se necesita para producir una condena”.
En la audiencia, además, declaró el chofer de la ambulancia del hospital que se dirigió a la playa El Sombrerito. Por otro lado, se acordaron aspectos relacionados con el orden de los testigos, la realización de una inspección ocular y la reconstrucción de lo sucedido en la mencionada playa.
Para hoy se aguarda el testimonio de Martín Demichelis, uno de los tres jóvenes que acompañaban a la víctima. Según la investigación, él vio a la camioneta Ford Ranger de color gris en la que se movilizaban los cazadores.