En los tribunales penales de Comodoro Rivadavia se desarrolló ayer una rueda reconocimiento de personas en el marco de la causa en la que se investiga el homicidio de Alan Nahuelmilla (17), quien falleció el 15 de abril luego de haber sufrido durante la noche anterior la privación de su libertad junto a un amigo y haber sido sometidos a una serie de tormentos.
Presuntamente fue con la intención de que confesaran quiénes habían sido los autores de un robo de electrodomésticos en la vivienda de uno de los hombres que los secuestraron y torturaron. La investigación tiene como imputados a un grupo de familiares integrado por Angel Eduardo, Sebastián, Kevin Edgardo y Marcelo Fabián Ibáñez.
Kevin y Sebastián Ibáñez fueron reconocidos ayer por el testigo de la causa, que es el joven que fue secuestrado y torturado junto a Nahuelmilla. Mientras, el reconocimiento de Angel y Marcelo Ibáñez se celebrará hoy, ya que su defensor se opuso a ese procedimiento bajo el argumento de que los muletos (personas parecidas al sospechoso que se incluyen en la rueda de reconocimiento) no eran de las características de sus defendidos. También para hoy se postergó un anticipo jurisdiccional de prueba con la declaración de un testigo.
Presidió la audiencia de ayer el juez penal Alejandro Soñis. El Ministerio Público Fiscal estuvo representado por la fiscal Camila Banfi, fiscal general. Mientras, la defensa de los cuatro imputados fue ejercida por el abogado particular Mauro Fonteñez.
SECUESTRO Y TORTURAS
El caso investigado se inició el sábado 14 de abril, cuando alrededor de las 23, Nahuemilla y un amigo caminaban por las calles del barrio Máximo Abásolo y fueron emboscados por cuatro hombres armados. Los ataron con una soga y los arrastraron con una camioneta hasta la vivienda de uno de secuestradores.
Las víctimas fueron sometidas en esa casa a diversos tipos de castigos físicos como golpes de puño, puntapiés y golpes en la cabeza con una pala. También los golpearon con las cachas de armas de fuego y a uno de ellos le cortaron las orejas con un alicate en reiteradas oportunidades. A la vez, los desnudaron y les tiraron agua fría.
En forma paralela, los captores disparaban al aire y amenazaban con matar a sus víctimas, reclamándoles que les dijeran dónde estaba el televisor que había sido robado en la casa de uno de ellos. Las torturas se extendieron alrededor de cuatro horas. Incluso grabaron videos de las agresiones.
Ya cuando transcurría la madrugada del domingo 15 de abril, los captores se retiraron del lugar llevándose a Nahuelmilla. Lo arrastraron hasta el domicilio de uno de sus tíos, en el barrio Abásolo, donde lo abandonaron moribundo.
Al regresar a la vivienda donde los habían torturado, los captores continuaron golpeando al amigo de Nahuelmilla, hasta que alrededor de las 8 lo liberaron después de amenazarlo para que no denunciara lo sucedió. La víctima huyó hacia su domicilio y luego fue trasladado al Hospital Regional con heridas de carácter grave.
Mientras tanto, los familiares de Nahuelmilla habían trasladado a este hacia ese mismo centro asistencial donde ese mismo domingo falleció por “traumatismo grave de cráneo por hemorragia intra-cerebral a causa de los golpes recibidos”.